La geolocalización de los móviles, clave para delatar al descuartizador Majadahonda
Un agente de Policía Judicial ha señalado en el juicio contra el presunto descuartizador de Majadahonda que la geolocalización del móvil de su inquilina y segunda víctima coincidía "en hora y lugar" en el tren que el acusado tomó hacia Barcelona poco después de la desaparición de su arrendataria.
Lo ha dicho en una nueva sesión de la vista oral contra Bruno H.V., diagnosticado con esquizofrenia paranoide, que está acusado de matar a su tía Liria en 2010 y a su inquilina Adriana en 2015, hechos por lo que la Fiscalía solicita 30 años de internamiento en un centro psiquiátrico.
Hoy varios agentes han explicado que unos días después de la desaparición de su inquilina, el acusado viajó en un AVE a Barcelona en el que, en las mismas horas, los repetidores situaron el móvil de la inquilina.
Precisamente en ese trayecto a Barcelona se enviaron una serie de mensajes desde el móvil de la arrendataria desaparecida a familiares y amigos explicando que estaba bien y que se iba a ir a casar en Roma con un hombre del que se había enamorado.
El mismo testigo ha declarado que en uno de los móviles hallados en la habitación de Bruno en el piso de su padre en Móstoles se encontraron numerosas fotos del coche de la inquilina que parecían "destinadas a la venta" del vehículo. Algo que, ha añadido, se relacionaba con una nota hallada en la habitación de Bruno con apuntes de los trámites necesarios para transferir la titularidad de un vehículo en la Jefatura Provincial de Tráfico.
En la vista también se ha detallado que desde la cuenta de la tía del acusado y después de su desaparición -que se estima que pudo ser en torno a abril de 2010- se registraron unos movimientos por los que se traspasó la suma de 33.753 euros a una empresa cuyo administrador único era Bruno.
Por otro lado, los agentes han explicado que la trituradora hallada en el sótano de la vivienda de Majadahonda del acusado era capaz de triturar "todo lo que entrara en ella".
Los restos de las dos mujeres, cuyos cuerpos se cree que pudieron ser triturados en esa máquina, se buscaron en el vertedero de Pinto (Madrid) durante seis meses, sin resultados.
El juicio continuará el próximo lunes con la comparecencia de más testigos.
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