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El delegado madrileño de Salud, Seguridad y Emergencias, Javier Barbero, ha defendido las restricciones al tráfico en la Gran Vía y otras calles del centro como una medida favorable al "interés general" para lograr mejor salud y más espacio para "la gente que deambula y quiere pasear" y no para los coches.

Javier Barbero ha hecho esta defensa de la medida que el equipo de Manuela Carmena ha impulsado con motivo de la Navidad durante una comparecencia en la comisión municipal del ramo a petición del PP, cuya edil Inmaculada Sanz ha afeado que esta restricción ha dejado una "estampa de la ciudad absolutamente colapsada" mientras la zona peatonal de la Gran Vía, delimitada a su juicio con "vallas bastante cutres", ha estado "mayormente vacía".

El debate en comisión se ha producido una vez finalizada la primera fase de la controvertida iniciativa del Ayuntamiento de la capital aplicada entre el 2 y el 11 de diciembre, que ha generado una mejora del 32 % de la calidad del aire en la zona con respecto al año 2015, además de un aumento del uso del transporte público, según ha desglosado el concejal de Ahora Madrid.

El Ayuntamiento ha habilitado un solo carril por sentido para que circulasen por él los vehículos exentos de prohibición, entre ellos autobuses, taxis, vehículos de residentes y reparto de mercancías.

El delegado ha confirmado que las siguientes fases se pondrán en marcha siguiendo la misma "planificación" que en los primeros días, al margen de que se puedan hacer "ajustes" tras la experiencia de la primera semana.

Javier Barbero ha remarcado que los vecinos que en estos días han paseado por el entorno de la Gran Vía han respirado un "aire sustancialmente más limpio" ya que no se rebasó en ningún momento en la zona los 100 microgramos de dióxido de nitrógeno por metro cúbico mientras que el resto de estaciones -a excepción de las ubicadas en las zonas verdes- lo hicieron en 25 ocasiones.

Sin aludir en ningún momento a las quejas de comerciantes, Barbero se ha enorgullecido de una medida que busca "una ciudad amable para disfrutar de las compras" y ha advertido al PP de que no va a permitir "la privatización del espacio público" para el uso del vehículo privado.

"Ciertamente tenemos un modelo de ciudad distinto. Ustedes ponen el acento en los derechos individuales como es el uso del coche, nosotros queremos poner el acento en los derechos colectivos", ha resumido el delegado.

Y ha afirmado que "los madrileños pueden seguir yendo a donde les da la gana pero en transporte público" para acto seguido señalar que ha aumentado el uso de los autobuses de la EMT y han mejorado los tiempos de circulación, sobre todo en los trayectos de regreso.

Con el objetivo de facilitar la fluidez del tráfico trabajan durante estas fiestas una media de 270 agentes de movilidad los días de diario, y durante los fines de semana serán 160, más del doble que los fines de semana habituales, además de 100 agentes de la Policía Municipal cada día, 40 en los turnos de mañana y tarde y 20 de noche.

CRITICAS DE LA OPOSICION

"Es evidente que ni usted ni la señora Carmena han pasado por la Gran Vía porque si no, no dirían las cosas que están diciendo; igual es que no se bajan del coche oficial", ha reprochado la edil del PP al delegado del área.

Además de pedir al delegado el dato de cuánto va a costar "la broma" de cerrar el centro al tráfico en horas extras de agentes de movilidad y de Policía, Inmaculada Sanz ha denunciado que en estos primeros días de cierre los autobuses "estaban absolutamente llenos" y "como no podían circular tardaban el triple".

Y en alusión a las vallas que delimitan la zona peatonal, ha dicho que "los peatones no se atreven a circular por esa cosa cutre". "Su medida es cortar el centro y que la gente se busque la vida", le ha reprochado Inmaculada Sanz.

En representación de Ciudadanos, la concejal Ana Domínguez ha afeado la "descoordinación" con que el equipo de Gobierno de Manuela Carmena ha puesto en marcha unas restricciones que ha definido como "experimento chapucero". "No estamos en contra, pero sí pedimos que se avise con suficiente tiempo", ha dicho.

El grupo socialista sí ha dado su apoyo al equipo de Gobierno en unos cortes "que se han aplicado toda la vida" y que ahora se han tratado de coordinar mejor, aunque el concejal Ramón Silva ha dicho que se podrían haber aplicado de mejor forma.

CIFUENTES PIDE NEGOCIAR CON AFECTADOS LA PEATONIZACION

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, pedirá a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, que el Ayuntamiento haga estudios sobre el impacto en la movilidad y negocie con los afectados si piensa peatonalizar la Gran Vía.

En rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, Cifuentes ha afirmado ser "muy respetuosa" con las cuestiones que corresponden al Ayuntamiento, como es la ordenación del tráfico en la ciudad; pero ha considerado que "una cosa es plantear cortes puntuales una época de una de las principales arterias de la ciudad y otra un proceso de peatonalización permanente".

Cifuentes ha indicado que espera, confía, y es algo que pedirán desde el PP, en que si el Ayuntamiento plantea una peatonalización permanente de la Gran Vía, que es "una de las principales arterias de comunicación de la ciudad", cuente con estudios preceptivos del impacto que supondría para la movilidad de la ciudad" y que emprenda un proceso de negociación con los afectados, entre los que ha citado los vecinos, comerciantes, taxistas o el transporte.

A su juicio, "esto no puede ser una decisión aleatoria de un equipo de gobierno". "Si plantea la peatonalización de la Gran Vía, que presente estudios y garantice de qué forma se va a permitir y que no perjudica a la movilidad", ha remarcado para insistir en que Ayuntamiento tiene la "obligación de tranquilizar a los madrileños" presentando, para empezar a hablar, estos estudios.

Cifuentes ha advertido de que ellos van a ser "beligerantes en defensa de los intereses de los madrileños" y ha indicado que Metro puede poner refuerzos pero "no de manera permanente".