Varios jóvenes que resultaron heridos en el pabellón Madrid Arena el 1 de noviembre de 2012 han recordado cómo les aplastó una avalancha y sufrieron escenas que han llegado a calificar de un "infierno" que se les hizo "eterno" en aquella fiesta de noche de Halloween en la que murieron cinco chicas.
La Audiencia Provincial de Madrid ha reanudado el juicio de los quince acusados por esta tragedia con las declaraciones como testigos de jóvenes que sufrieron lesiones en el recinto durante la actuación del músico y DJ Steven Aoki.
Entre los testigos ha declarado Daniel Martín, uno de los acompañantes de algunas chicas que murieron allí, quien ha relatado que salieron de la pista central ya que había "mareas de gente" que habían provocado caídas. Ha añadido que cuando iban a salir por un túnel se vieron "atrapados" y comenzaron a "hundirse" porque ni podían apoyar los pies en el suelo por la montonera que se formó.
"Había un tapón, se produjo un efecto embudo, sentíamos presión y empezó a cundir el pánico, rompieron a patadas una puerta que estaba cerrada y personal con chalecos amarillos ayudaba pero de manera muy descontrolada", ha recordado para añadir que su novia estaba en la avalancha como "una muñeca de trapo" y que la acompañó en la ambulancia hacia el hospital.
Otra testigo, Marina Márquez, ha dicho: "Una ola de gente se volcó hacia nosotros desde la pista y otros empujaban hacia adelante por lo que empezamos a caernos y me quedé pegada a la pared con la mano agarrada a un amigo pero el resto del cuerpo totalmente aplastado. Fueron cinco o siete minutos que se me hicieron eternos".
"No me podía ni mover ni respirar y no podía salir ni por un lado ni por otro. Me quedé pegada a la pared y personal de seguridad no nos dejaba salir, por lo que me quedé en medio y unos estaban subidos sobre otros", ha relatado otra afectada, Paula Pérez, que ha señalado que estuvo así unos veinte minutos que también se le hicieron eternos.
Ha añadido: En el túnel "era como un infierno y en la pista -donde continuaba el concierto- nadie se enteraba de nada y todo seguía igual. Era como dos mundos", y ha señalado que cuando logró salir vio a una joven inconsciente. "Me volví muy loca y comencé a gritar que la gente se estaba muriendo pero las personas que estaban con ella me dijeron que me fuera que no pintaba nada allí".