| Madrid 2020
(Actualizado

Corazonadas de ilusión mueven a los más de 20.000 voluntarios, entre ellos numerosos desempleados y algunos jubilados, que se han embarcado en el proyecto de la candidatura olímpica de Madrid 2020.

La visita de la delegación del Comité Olímpico Internacional (COI) que esta semana ha evaluado el proyecto de Madrid ha puesto a prueba a casi doscientos voluntarios en tareas de recepción y asistencia durante los cuatro días de inspección a las instalaciones olímpicas madrileñas.

Rifaat Chabouk, como asistente de uno de los coordinadores de deportes de la oficina para la candidatura, ha participado en labores de supervisión y coordinación, y para ello tanto él como el resto de voluntarios han recibido formación de un responsable de "protocolo internacional" para aprender "cómo comportarse".

Según cuenta, la instrucción básica que han recibido ha sido la de "ser diligentes, disfrutar y aprovechar la oportunidad" como privilegiados que participan del sueño olímpico.

Chabouk fue uno de los portadores de la emblemática bandera de Madrid 2012 -la más grande del mundo, con más de 2,5 kilómetros de longitud- y trabajó en la oficina para el proyecto de 2016, por lo que ha estado presente en las tres candidaturas olímpicas de la capital.

"No soy escéptico, sino realista, al pensar que Madrid lo tiene difícil", confiesa Chabouk, que añade: "La emoción de pensar que Madrid está entre las ciudades favoritas me motiva más que suficiente para implicarme".

Este voluntario encuentra en el proyecto de Madrid 2020 una ilusión en su día a día pese a su situación de desempleado, igual que Lucía López, de 23 años, una de las más jóvenes del grupo que ha recibido a la delegación del COI.

"De los voluntarios que tienen entre 20 años y 35, la mayoría son desempleados", cuenta López, que apunta que incluso hay voluntarios ya jubilados que llegan a los 70 años de edad.

Ella se apuntó, como hace años con Madrid 2016, movida por la "ilusión" que le supone "sentir que está contribuyendo" en un proyecto por el que ha apostado desde el principio.

Priscilla Villafañe, que también ha colaborado durante la visita de los evaluadores, cree que estos han quedado "sorprendidos gratamente" y han mostrando en todo momento que "les gustaba lo que veían".

Villafañe reconoce que el hecho de que su tiempo "vaya destinado a algo comunitario" le reporta "una gran satisfacción personal" y que la experiencia, hasta ahora, "ha sido muy emocionante".

Desde la oficina de la candidatura, le han explicado que tiene que "dar una imagen de que Madrid cuenta con voluntarios profesionales y serios", capacitados para hacer posible la celebración de unos Juegos Olímpicos en la ciudad.

Aunque Villafañe ha participado como voluntaria en otros eventos deportivos por su afición al deporte, ha reconocido que esta oportunidad se trata de algo "mucho más especial", porque se siente parte de la posibilidad de que Madrid sea sede olímpica.

El ingeniero de telecomunicaciones y también voluntario Ángel Perandones tiene "la corazonada" de que su ciudad organizará las olimpiadas en 2020 porque "los competidores no están a la altura y las instalaciones están casi completadas".

"A mi alrededor hay ilusión y eso es lo principal, porque si los Juegos se tomaran como una necesidad, sería un error", ha apuntado para insistir en que lo principal es el "sueño olímpico", la competición deportiva y el evento mundial, más que el "impulso económico", aunque también es importante.

Perandones añade que para él supondría "un sueño" y que por eso está dispuesto a perfeccionar los idiomas de inglés e italiano.

A la espera de vivir una experiencia única, el voluntario Wiklerman Alejo, un venezolano de 25 años, resalta que tiene una "ilusión especial" por la posibilidad de vivir unos juegos olímpicos en Madrid, donde trabaja desde hace cinco años.

Todos ellos forman parte de los "voluntarios plata", de la primera fase, y tienen la esperanza de poder colaborar dentro de siete años en hacer realidad el sueño olímpico.

La responsable de Márketing de la candidatura olímpica, Marta de la Revilla, explica que los más de 20.000 voluntarios son un dato "fantástico" teniendo en cuenta el tiempo que falta hasta 2020 y la incógnita hasta que se conozca la ciudad designada.

"Los perfiles de los participantes son muy variados y hasta ahora solo se les ha exigido un conocimiento alto en idiomas", explica De la Revilla antes de subrayar que lo fundamental es la "predisposición" para preparar los primeros pasos en el camino de la capital para constituirse como villa olímpica.