La cabina del tren de Metro de Madrid en el que fallecieron dos personas en un accidente el pasado martes ha sido retirada para su análisis por parte de los investigadores, que tratan de averiguar las causas del choque del convoy con el tope de una vía muerta en las cocheras de Loranca (Móstoles). Según los primeros indicios, no hay signos de que el tren hubiera sido frenado para evitar el choque, que causó la muerte de un responsable de Metro de Madrid de 37 años y una niñera suiza menor de edad, y provocó heridas leves a la mujer y el hijo del primero.
Por el momento, han testificado ante la Policía un director de seguridad del suburbano, un conductor de maniobras y la persona que dio acceso a la máquina al gerente de Metro y sus acompañantes, según han explicado a Efe fuentes policiales. Sin embargo, no lo ha hecho por ahora la mujer del fallecido en el accidente.
"MUY PRONTO" DATOS PROCEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN
Metro de Madrid ha confiado, a través de un portavoz, en que "muy pronto" existan más datos procedentes de la investigación abierta por la Policía Nacional y Metro de Madrid para conocer las causas del accidente, ya que la empresa es la principal "interesada" en que lo ocurrido "se esclarezca lo antes posible".Un responsable sindical de Metro ha comentado a Efe que los representantes de los trabajadores se han puesto en contacto con la empresa de forma "extraoficial" para establecer un nuevo "protocolo de seguridad" que modifique las actuales "órdenes ambiguas" que obligan a los jefes de depósito a "facilitar las tareas de mando" a responsables de Metro como el gerente fallecido.
Esta fuente ha indicado que, en aras de facilitar las reparaciones de material, los jefes de depósito tienen "órdenes de la dirección de facilitar el acceso a cualquier material para hacer cuanto antes las obras de reparación" a los mandos, lo que habría acontecido en este accidente en la vía de pruebas, en el que además del gerente de Metro entraron en la cabina del tren sus tres acompañantes.
Ha reclamado que se subsanen esta "lagunas", que "dan pie a sucesos que después hay que lamentar", y que cuando un mando solicite el acceso a maquinaria se registre "qué se va a reparar" y vaya acompañado por un técnico de maniobras.
En este sentido, el Sindicato de Conductores de Metro de Madrid ha recalcado esta mañana a Efe que aunque existe personal de mantenimiento de Metro con formación, éstos solo pueden mover las máquinas "en el depósito" -las cocheras-, y ha recalcado que las personas idóneas para mover los trenes son los propios conductores, con conocimientos oficiales. La primera de las víctimas mortales, José Manuel Pérez, de 35 años y gerente de Metro, ha sido enterrado esta mañana en la Parroquia de Santiago Apóstol de la localidad madrileña de El Álamo.
Por su parte, el cadáver de la joven suiza de 17 años que cuidaba al hijo de Pérez sigue en el tanatorio de Móstoles, ya que los padres no se han personado por el momento en Madrid, aunque hoy se prevé su llegada a la ciudad. Resultaron heridos leves en el choque otras dos personas: la mujer de José Manuel Pérez, Rosa María S., de 37 años, que ya ha sido dada de alta en el hospital al que fue trasladada, y el hijo de ambos, de 4 años, que fue ingresado en el hospital Niño Jesús.
Los cuatro viajaban en la cabina del convoy, en el que no iban más personas cuando ocurrió el siniestro en una vía de pruebas de las cocheras.