(Actualizado

El hombre detenido después de la muerte, el pasado sábado en Ciempozuelos (Madrid), de dos ancianos en el interior de la furgoneta en la que los trasladaba al centro geriátrico de su propiedad ha quedado en libertad a la espera de ser llamado a declarar por la juez que llevará el caso. Se trata del director de la Residencia Virgen del Consuelo de Ciempozuelos, Luis Miguel Aranda, que este lunes ha pedido disculpas a las familias de los dos ancianos fallecidos en el centro tras pasar varias horas desatendidos en el interior, a la vez que ha admitido su completa responsabilidad en los hechos del pasado sábado.

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid, en una nota de prensa señala que la Policía Judicial informó el domingo a la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 6 de Valdemoro de que el detenido había sido puesto en libertad, toda vez que en su primera declaración reconoció los hechos, tiene arraigo en la zona y no hay riesgo de fuga.

La magistrada, que ha procedido a la apertura de diligencias previas, se encuentra a la espera del atestado policial y de los correspondientes informes forenses y después llamará a declarar al arrestado, identificado como L.M.A.M., nacido en 1983 y propietario del centro geriátrico en el que tuvieron lugar los hechos.

"SOY EL UNICO RESPONSABLE"

Luis Miguel Aranda visiblemente nervioso ha admitido este lunes "ser el único responsable" de "un error que ha traído unas consecuencias trágicas" y del que ha pedido perdón a las familias, que fue a las primeras que avisó junto a la Guardia Civil. Del mismo modo, ha pedido disculpas también al personal de la residencia, al entender que ha "estropeado su trabajo diario".

Sobre el relato de los hechos, el director del centro ha recordado que todo sucedió de la forma "más simple y estúpida que se pueda imaginar". En este sentido, ha detallado que recogió a los ancianos con la furgoneta y, al llegar a la residencia, subió primero a los que pueden caminar "porque tienen más riesgo de caída y porque alguno de ellos se puede escapar".

Tras dejarlos en una sala junto a una de las cuidadoras, se dispuso a volver al vehículo a por los dos ancianos que permanecían en sus sillas de ruedas y no ha podido precisar "si fue una llamada de teléfono, una conversación con la encargada o la visita de un familiar de otro anciano" lo que le hizo que le "fuese de la cabeza recoger a los abuelos".

En cuanto al hecho de que nadie percatase en la ausencia de los dos ancianos, Aranda ha destacado que "se han dado todos los factores para que pasase una cosa tan desgraciada", ya que no sólo no se volvió a utilizar la furgoneta durante toda la jornada, sino que "se debieron quedar dormidos" durante el viaje puesto que "a veces ellos mismos golpean en las ventanillas" cuando ven a alguien alrededor.

A ello ha añadido que nadie se dio cuenta de la falta por el hecho de que "hay abuelos del Centro de Día que no asisten todos los días" de la semana, mientras que los ancianos ingresados en el centro están controlados y "en media hora se les localiza" si abandona las instalaciones por medio de una de las puertas "que están siempre abiertas".

El director de la residencia ha afirmado que no fue hasta que volvió a la furgoneta cuando encontró los cadáveres, momento en el que se les trasladó a una habitación "para ver si se podía hacer algo con ellos", aunque allí se comprobó que "no se podía hacer nada". Posteriormente "se avisó a las familias y se les contó exactamente lo que pasó, al igual que a la Guardia Civil".

Del mismo modo, ha agradecido que las familias, dentro de las circunstancias, "se hayan comportado de maravilla", a la vez que ha destacado que "no es fácil encontrar a gente que, en una situación así, lo asuman como lo han hecho".

Por último, ha recordado que asumirá las consecuencias y que "nadie se puede imaginar cómo se siente una persona que comete un error así", a lo que ha sumado que querría ser él quien hubiese perdido la vida porque nadie "quiere hacerle algo así a nadie".

LOS HECHOS

Presuntamente el conductor debía llevar a los ancianos a un centro para ancianos llamado Virgen del Consuelo, en Ciempozuelos, pero les dejó en el interior de la furgoneta, en sus sillas de ruedas. La autopsia debe determinar la causa de la muerte de los dos hombres, mientras que el detenido ha sido llevado ante el juez acusado de un delito de homicidio por negligencia.

L.M.A.M, nació en 1983 y es uno de los propietarios del centro, mientras que los dos ancianos habían nacido en 1923 y en 1929 y ambos eran vecinos de Ciempozuelos. Aparte de ir en silla de ruedas, los ancianos padecían demencia senil, de modo que el detenido era responsable directo de ellos en la distribución que el personal del centro hacía de sus pacientes.

Los familiares de los fallecidos acudieron el sábado por la tarde al centro al no tener noticias de los ancianos, que no habían sido llevados de vuelta a sus casas. Entonces se inició la búsqueda de los hombres, que aparecieron cadáveres en la furgoneta de transporte de la residencia.

Se trata de un centro privado, sin relación alguna con el Ayuntamiento o con la Comunidad de Madrid, ha informado un portavoz del Ejecutivo regional. Está previsto que durante la jornada de hoy el detenido declare ante un juez de Valdemoro, que tendrá que dictaminar qué medidas adopta con él.