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El número de mascotas que los madrileños adoptaron el pasado año, 3.332, supera ya el número de animales abandonados en la región en el mismo periodo, 2.549, un cambio de actitud que confirma que "una sociedad que cuida y protege a los animales es una sociedad más solidaria y avanzada".

Así lo ha defendido la presidenta regional, Cristina Cifuentes, durante su visita a las instalaciones del Centro Integral de Acogida de Animales de la Comunidad, en la que ha estado acompañada por el consejero de Medio Ambiente, Administración Local y Ordenación del Territorio, Jaime González Taboada.

Madrid es, según Cifuentes, la única comunidad autónoma de España que cuenta con un centro propio de estas características dedicado en exclusiva a la protección y acogimiento de animales abandonados, y para su mantenimiento el Gobierno destina anualmente 333.000 euros.

Gestionado en colaboración con la Federación de Asociaciones Protectoras y de Defensa Animal de la Comunidad, en este centro trabajan diez personas, ayudados por numerosos voluntarios que pasean y educan a los animales, y se pueden atender a la vez 250 mascotas abandonadas en sus 2.500 metros cuadrados de instalaciones.

Desde su creación en 2005, ha explicado Cifuentes, el centro presta servicio a 78 municipios de menos de 5.000 habitantes y ha hecho posible durante este tiempo la adopción de 5.197 animales abandonados.

"Además, desarrolla una importante labor de promoción de la adopción responsable, entre otras actividades que incluyen el control sanitario e los animales y campañas educativas y de sensibilización", ha explicado.

"El abandono es un comportamiento irresponsable que aún persiste, aunque cada vez con menos frecuencia", ha dicho, una actitud "inadmisible y peligrosa" que "provoca mucho sufrimiento".

Por eso ha instado a los madrileños a que adopten animales abandonados, y ha recordado las medidas puestas en marcha por su Ejecutivo, como la recientemente aprobada Ley de Sacrificio Cero o el cambio en la normativa de Metro para que los perros puedan viajar en el suburbano.

También ha recordado que se han endurecido las sanciones para prácticas como el uso de animales para ejercer la mendicidad, la rifa o el abandono de mascotas dentro de vehículos sin ventilación. "Lo que tratamos es de liderar la defensa de los animales mediante una legislación innovadora, o dotándonos de recursos eficaces, como este Centro", ha añadido.

Íñigo y Nerea son dos de los voluntarios que colaboran con el Centro, paseando y educando a los animales abandonados hasta que son adoptados, y han explicado la satisfacción de poder dedicar su tiempo libre a esta labor.

Nerea, de hecho, decidió adoptar a dos perros que habían sido abandonados y que tenían un carácter "complicado" por la trayectoria que habían vivido, animales que ahora tienen una vida y un comportamiento "normales".

Una familia madrileña se ha trasladado esta mañana las instalaciones para adoptar un perro, algo que ya habían hecho con anterioridad hasta en tres ocasiones, y que van a volver a repetir tras la muerte de su última mascota, porque prefieren dar una segunda oportunidad a estos animales antes que comprarlos en tiendas.