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Jianzhi Z., el menor que fue secuestrado en enero de 2009 por la mafia china, ha asegurado que sus secuestradores le amenazaron de muerte durante el cautiverio al llegarle a decir que si no colaboraba le cortarían un dedo y se lo enviarían a su padre o le matarían, así como que utilizarían su cuerpo como "un aviso a los comerciantes de la zona del polígono" de Vallecas. "Pensé que podía morir", ha recalcado el chico, quien ha asegurado que era consciente de que se trataban de miembros de una banda mafiosa, ya que conocía casos similares.

Asimismo, el chico ha identificado en la sala de vistas en la que se celebra el juicio a cuatro de sus captores, tres de ellos sin género de dudas, y ha asegurado que uno de ellos llevaba la voz cantante al ser la persona que les daba instrucciones. Mirando hacia los siete imputados que se sientan en el banquillo de los acusados, el joven ha reconocido a Yichuan D., a Jianguang C. y a Yixing Z. como las personas que el 3 de enero de 2009 iban en la furgoneta en la que se llevó a cabo el rapto. Además, ha identificado a Jin C. como el individuo que subió a mitad de camino, si bien ha reconocido que le recuerda con dudas.

La Audiencia de Madrid ha celebrado la segunda sesión del juicio contra siete presuntos miembros de la mafia china que se enfrentan a 15 años de prisión cada uno por el secuestro del chico, que se perpetró el 3 de enero de 2009 frente a la tienda que regentaban sus padres en Vallecas.

En su declaración, el joven ha relatado que uno de los acusados, Shen C., era un amigo íntimo de su familia desde que llegaron a España en 2004 y ha dicho que sabía que Shen C. solía ser un intermediario entre bandas de la mafia china.

ENGAÑADO POR UN AMIGO

Según su versión, el día de los hechos quedó con una chica a través del sistema QQ, el messenger chino, en una biblioteca en la zona de Vallecas, sin saber que la persona que se estaba poniendo en contacto con él era Shen C. "Vi una furgoneta y a una persona que no conocía. Estaba sentado en el copiloto y me dijo que subiera en el coche. Vi a dos hombres bastante grandes. Pude ver su rostro bastante bien y ya no pude escapar", ha indicado.

"Mientras conducían, dos personas que iban atrás me ataron los pies y me golpearon con un palo grueso", ha señalado el chico, que permaneció con el rostro tapado durante todo el rapto. Además, ha apuntado que como consecuencia de los golpes sufrió múltiples lesiones. "Además de los golpes, me ha quedado algo psicológico. No necesito indemnización. Quiero que se les castigue a más años de cárcel", ha dicho.

Por su parte, la madre de la víctima ha dicho que conocía a Shen C., ya que era un amigo cercano de la familia. Además, ha contado que desde el día del secuestro empezó a recibir llamadas que le exigían el pago de 300.000 euros. "Me dijeron: 'Prepara 300.000 euros, tu hijo está secuestrado'", ha indicado. La mujer les comentó que no tenían dinero y estos le replicaron que sabían que tenían porque conocían que había hecho un giro de 20.000 euros.

El joven fue liberado el 13 de enero de ese año en la localidad toledana de Illescas, donde el grupo había alquilado un piso para llevar a cabo el cautiverio. Durante ese tiempo, el chico estuvo encapuchado y recibió golpes de diversa consideración.

Según el fiscal, los procesados decidieron llevar a cabo en enero de 2009 el secuestro de Jianzhi Z. con la finalidad de exigir a su familia por su liberación el pago de 300.000 euros. Así, los acusados emplearon la falsa de identidad de un joven que se identificó como Xiao Yi, de 17 años, para concertar una cita con la víctima.

Así, sobre las 20.08 horas del 3 de enero de 2009, el joven acudió a las proximidades de la biblioteca situada en la calle Rafaela Ibarra, donde había concertado la cita. Cuando estaba esperando, se detuvo una furgoneta y le introdujeron en la misma.

SECUESTRO DEL JOVEN

En la madrugada del 4 de enero de 2009, una ciudadana de nacionalidad china denunció en la Comisaría del distrito de Usera la desaparición de su único hijo. El joven había salido a cenar esa noche y sobre las 23.00 horas la familia recibió dos llamadas telefónicas de un compratriota que, desde el propio teléfono de su hijo, exigía un rescate de 300.000 euros por su liberación.

En ese momento, se activó el protocolo nacional de secuestros, dando conocimiento respectivamente a la Brigada Provincial de Policía Judicial de Madrid, al Grupo V de Extranjería y Fronteras -especializado en mafias chinas-, y la Sección de Secuestros y Extorsiones de la UDEV Central.

Con el apoyo de negociadores y por la investigación conjunta de las tres unidades, los investigadores averiguaron que el adolescente no había quedado con ninguno de sus amigos, sino con una presunta chica a la que había conocido por Internet. Su rastro se perdió en el barrio de Usera sobre las 20.00 horas del 3 de enero.

Tras seguir la pista a los captores, los agentes entablaron una negociación entre los secuestradores y la familia. La cantidad exigida por los delincuentes excedía con mucho de las capacidades económicas de los padres.

FAMILIA, PRESIONADA

A la familia se la sometió durante los días que duró el secuestro a una serie de presiones para conseguir que pagaran el rescate. En dos ocasiones, a través de webcam, los delincuentes les mostraron a su hijo, con los ojos vendados, pidiendo que pagaran el rescate y manifestando estar siendo maltratado e incluso le habían golpeado.

Por parte del equipo conjunto, formado por las tres unidades de investigación, se realizaron múltiples identificaciones, seguimientos e incluso se llegó a controlar un intento de pago que resultó fallido. Con todos los datos obtenidos, los agentes establecieron una conexión entre los autores del presente secuestro con otro ocurrido a principios de octubre de 2008. En esa ocasión se apoderaron de un niño de corta edad que también fue liberado con éxito por la Policía Nacional y se detuvo a parte de la banda de secuestradores, mientras que al menos dos de ellos se habían dado a la fuga.