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Saturnino Garzas, de 67 años, desapareció el 26 de diciembre de una residencia de Torrelodones. Tres meses después apareció su cadaver y 6 meses después, la familia sigue esperando el resultado de la autopsia para poder darle sepultura.

El 1 de abril comunicaron a Iván y su familia que el adn del cuerpo encontrado en el Encinar de las Rozas coincide con el de su padre. Desde entonces esperan la autopsia y el certificado de defunción que les permita recoger el cuerpo para darle sepultura.

La agonía de la familia Garzas comenzó el 26 de diciembre, cuando Saturnino se escapó de la residencia los Peñascales de Torrelodones. Se activó un dispositivo de búsqueda con batidas noche y día. Hasta que el 6 de marzo un mujer localiza un cadáver en el encinar, a 2 km del lugar de la desaparición. La familia reconoce la ropa, pero no es hasta el 31 de marzo que el adn confirma que se trata de Saturnino.

Un mes y medio después, el baile burocrático continúa entre los juzgados de Majadahonda y Collado Villalba.

Su único objetivo ahora es darle sepultura para poder continuar con su duelo. Quieren creer a quienes les dicen que se debe a un retraso burocrático y no a intereses por ocultar algún dato de la autopsia