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A un día del comienzo del juicio por la tragedia del Madrid Arena, el padre de Katia, Angel María Esteban, una de las fallecidas durante la fiesta de Halloween del 1 de noviembre de 2012, ha escrito una carta simulando que es su propia hija quien la redacta durante la fiesta en la que critica la conducta de organizadores y de la administración.

En ella, el padre escribe, como si lo hubiera hecho su propia hija, que esta fue llevada a una sala donde había "unas personas con bata blanca" que la tumbaron en el suelo, pero "no se acercaron y la oscuridad invadió todo".

Al comienzo de la carta, Esteban manifiesta en boca de su hija, que esta "esperaba que hubiese más policía y estuviese más controlado por el hecho de ser un recinto municipal", para del mismo modo reconocer que ni les registraron el bolso ni les pidieron la documentación.

Esteban también reproduce el dolor que sufrió su hija durante la trágica fiesta: "me están apretando, aplastando, me cuesta respirar, poco a poco el dolor me va desapareciendo, ya no siento nada, creo que me voy a morir papá".

Tras finalizar la misiva con un "Papá te quiero", Angel María Esteban dedica las líneas a "aquel que permitió que hubiese el doble o triple de personas de las permitidas, a las autoridades que permitieron que las puertas de emergencia las cerrasen con las barras del bar, a los que abrieron las puertas para que entrasen en desbandada, a los que permitieron el botellón, a los políticos que no controlaron que se cumpliesen las leyes, a los médicos que no hicieron nada".

Por último, Esteban pide que "ojalá nunca" todas las personas nombradas anteriormente, se encuentren en su situación, "ni con hijos, ni con nietos", ya que, para Esteban, lo que han hecho "no tiene perdón de Dios".