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Malasaña cambia su aspecto. Empiezan a desaparecer algunas plazas de aparcamiento. Operarios del ayuntamiento han comenzado ya instalar los primeros bolardos y los primeros bancos en las aceras. ESe tratan de las obras de semipeatonalización de algunas de las calles de barrio. Unas actuaciones que tienen como objetivo ganar espacio para los peatones y acabar con los coches aparcados sobre las aceras de calles como La Palma, San Vicente Ferrer o Espíritu Santo. Las plazas de aparcamiento de buena parte del barrio, van a ser modificadas o desplazadas.

Se trata de calles en las que la combinación del paso de vehículos y su aparcamiento han impuesto unas aceras con anchuras que oscilan entre el metro y los sesenta centímetros, dificultando el tránsito y acceso para personas con movilidad reducida, sillas de bebé, o incluso el tránsito de dos personas en paralelo.

De esta forma, se suprimirá la línea de estacionamiento en la calle La Palma, entre las calles San Bernardo y Corredera Alta de San Pablo; calle San Vicente Ferrer, entre las calles San Bernardo y Fuencarral; y calle Espíritu Santo, entre la calle Santa Lucía y la Plaza de Juan Pujol.

El espacio ganado se unirá al ancho de al menos una de los aceras de cada vía para garantizar que tenga una amplitud adecuada a las necesidades del entorno.

La semipeatonalización del barrio de Justicia, que comprenderá estas calles, se inició este mes de marzo con la ampliación de una de las aceras de la calle La Palma. Los bolardos se encuentran ahora a un metro aproximadamente de su lugar habitual e impiden aparcar a los vehículos.

El orden de intervención establecido comienzó en la calle Palma, para después continuar con San Vicente Ferrer y terminar en el tramo de Espíritu Santo. Al no llevar aparejada ningún tipo de obra, la intervención tendrá un coste mínimo para el Ayuntamiento de Madrid y no conllevará cortes de tráfico durante su ejecución.