Nace en Madrid una plataforma para impulsar la eliminación del amianto en la región
Formada por diferentes entidades vecinales, ecologistas, políticas y del ámbito laboral así como de víctimas de este material cancerígeno
Su prioridad es impulsar una proposición de Ley de Erradicación Segura del Amianto
El 23 de enero falleció, a los 61 años, Santos González, el primer trabajador de Metro de Madrid al que se le diagnosticó asbestosis, enfermedad respiratoria crónica producto de una exposición prolongada al asbesto o amianto.
La plataforma contra el amianto enumera algunos de puestos de trabajo en los que la exposición a este material es una realidad, como la construcción, demolición y rehabilitación de edificios, instalación, reparación y mantenimiento de sistemas de tuberías de conducción de agua, de calefacción y de refrigeración, reparación de vehículos, mantenimiento y desguace de vagones, limpieza de máquinas, desamiantado y gestión de residuos, entre otros.
Más de 4.000 muertes al año
Aunque no se conoce con exactitud el número de personas fallecidas en España por patologías derivadas de la exposición al amianto, "diferentes investigaciones atribuyen a la exposición laboral 4.000 cánceres de pulmón y pleura, a las que habría que sumar las fallecidas por otros cánceres como el de laringe y por asbestosis".
También se contabilizan los cánceres provocados por la exposición doméstica y ambiental, "por lo que podemos estimar que entre 4.000 y 5.000 personas fallecen anualmente por enfermedades provocadas por el amianto".
Un material prohibido
A pesar de que su uso está prohibido en nuestro país desde 2002, todo el mundo sabe que este producto, cuya marca comercial más conocida es Uralita, sigue presente en multitud de instalaciones, centros de trabajo, naves industriales, edificios públicos y privados, medios de transporte.
De hecho, puede estar presente en cualquier edificio construido entre los años 60 y 90 del siglo pasado. Madrid no es una excepción, aseguran las asociaciones que integran la plataforma, y hoy podemos verlo a simple vista, muchas veces deteriorado (lo que lo hace más peligroso) en centros de trabajo, polígonos, almacenes y escombreras ilegales.
También en decenas de bloques de viviendas de barrios como San Pascual, Vicálvaro o el Poblado Dirigido de Fuencarral, en Madrid, y en colegios, institutos, polideportivos, hospitales y otros equipamientos públicos en toda la región.
Fondos europeos, una oportunidad
Los miembros de este colectivos creen que los fondos europeos, que permiten la presentación de proyectos de mejora de la eficiencia energética en edificios, deben ligarse con la eliminación del amianto.
Piden, además de una Ley de Erradicación Segura del Amianto de la Comunidad de Madrid, un registro de edificios, instalaciones y vertederos que contengan amianto y un plan de retirada de este material empezando por colegios y hospitales.
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