La polilla del boj, especie invasora, aterriza por primera vez en Madrid
Cuatro ejemplares de la polilla del boj (Cydalima perspectalis), una especie invasora procedente de Asia, han sido detectados en Madrid, por primera vez, concretamente en el Real Jardín Botánico, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
Un grupo de investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y del Real Jardín Botánico han señalado en un comunicado que si la presencia en la capital española de esta polilla "fuese permanente, probablemente causaría daños" y "graves pérdidas económicas".
Cuatro ejemplares
Según la investigación -publicada en SHILAP, Revista de Lepidopterología-, los cuatro ejemplares detectados son machos, lo que permitirían pensar que puede ser un hecho aislado y los parques de la capital no cuentan con registros de esta especie de polilla.
Los tres primeros ejemplares de Cydalima perspectalis en el RJB se vieron en agosto de 2018, cuando cayeron atrapados a la vez en una trampa de feromonas, mientras el cuarto lo hizo un mes después.
La investigadora del departamento de Biodiversidad, Ecología y Evolución de la UCM, Irene Gómez Undiano, ha explicado que el boj es una planta que recientemente está siendo muy utilizada en jardinería ornamental por toda Europa y una presencia permanente de esta polilla "probablemente causaría muchos daños" en las plantas.
Muy voraz
Esta polilla está considerada invasora porque ha "tenido la capacidad de ampliar su área de distribución desde Asia, colonizando zonas a las que ha llegado de forma antrópica" (por influencia del impacto humano), independientemente de que haya ocurrido de "forma intencionada o accidental", según Gómez Undiano.
La bióloga Patricia Martínez Ovejero, también participante en la investigación, añade que de continuar su expansión la polilla puede ser considerada "una plaga".
Presenta ya en 24 países
Alemania fue el primer país europeo en detectar la presencia de esta especie en 2007, y a partir de ahí se ha contabilizado en otros 24 países.
En España se detectó por primera vez en Galicia y Cantabria en 2014, y, posteriormente, en Cataluña en 2017, las tres zonas del norte cuyo ambiente es propicio para su expansión. Hasta ahora no se había detectado ningún individuo en el centro peninsular.
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