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La guerra contra el narcotráfico ha arrasado el mayor supermercado de la droga. Cada vez que la policía desmantela un punto de venta, la piqueta lo reduce a escombros. Una presión policial que ha reducido a una cuarta parte los puntos de venta.

Según estimaciones de la Policía, en 2010 había en la Cañada Real unos 100 puntos de venta, que se han visto reducidos a la cuarta parte. Cada vez que se desmantela un punto de venta, se derriba la infravivenda. Pero el problema no desaparece. El clan familiar que controla el narcotráfico vuelve, en muchos casos, a abrir otro punto de venta para seguri con el negocio. Lo hacen levantando nuevas casetas o colocando caravanas y prefrabricados en solares próximos para seguir con el negocio.

No obstante, la afluencia de toxicomanos a la Cañada Real ha disminuido en los últimos años y muchos puntos de venta se han trasladado a otros barrios. La policía ya ha detectado que algunas familias de la Cañada venden ahora en el Puente de Vallecas, en pleno casco urbano