El pueblo de los Molinos se alza contra los planes de Podemos. Los vecinos de la localidad han logrado parar el proyecto del concejal de Izquierda Unida, actualmente militante de Podemos, por el cual, cientos de casas quedaban incluídas en un plan de protección que, según dice la oposición del PP, suponía una expropiación encubierta de las viviendas. para que se hagan una idea: el número de casas que pretendían considerar protegidas en los Molinos era mayor que en Toledo.
Juan es el panadero de Los Molinos. El suyo es un negocio familiar. Su panadería de 1920 estaba incluida en ese Catálogo de Bienes y Espacios protegidos. Insiste: nadie le había informado. Francisco también es vecino de Los Molinos. Su casa en la plaza del ayuntamiento iba a ser un bien protegido.
Ellos son sólo algunos ejemplos de vecinos afectados por el proyecto urbanístico diseñado por Podemos del municipio que ha sido rechazado tras varias semanas de protesta. El Ayuntamiento, de unos 5.000 habitantes, aprobó el pasado mayo el Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos del municipio.
Los tres partidos que forman gobierno en Los Molinos, PSOE, Primero los Molinos y Convocatoria por los Molinos-Podemos aprueban el Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos. Un listado de más de 400 viviendas que pasarían a ser bienes protegidos por el Ayuntamiento. Es decir, en función del grado de protección decretado, sus propietarios no podrían reformar o vender sus casas y además tendrían que hacer frente a costes de conservación adicionales porque de no mantener su vivienda en buen estado, se les podría expropiar.
La oposición de los vecinos es frontal. En unos días hacen 250 alegaciones y recogen más de 700 firmas en contra del proyecto. Consideran que limita el uso de sus propiedades.
El principal mentor de este catálogo es el exconcenjal de Urbanismo Adolfo Rodríguez. Entonces miembro de Izquierda Unida, hoy de Podemos. Para el PP este intervencionismo coarta la libertad de los vecinos y supone un retroceso para el pueblo.
El pasado 1 de agosto se celebra un pleno extraordinario en el ayuntamiento. El rechazo mayoritario del pueblo obliga a dar marcha atrás. Los vecinos tumban el proyecto. El concejal de Podemos abandona del equipo de gobierno.