La sierra de Madrid cuelga el cartel de ‘completo’ este puente del Pilar
San Lorenzo de El Escorial, El Escorial, Cercedilla, Garganta de los Montes o Navacerrada esperan un puente de mucha actividad
EFE
Los municipios de la sierra de Madrid han colgado el cartel de completo en sus hoteles y restaurantes en este primer puente sin restricciones a la hostelería ni en los aforos ni en los horarios.
Desde la Asociación de Empresarios de la Sierra Norte de Madrid (Atusima) confirman a Efe que su oferta hotelera está “prácticamente completa” para este puente, como también lo está ya para los de noviembre y diciembre.
En este puente del Pilar todavía hay muchos madrileños que aprovechan para salir a la playa “a despedir el buen tiempo”, aunque otros siguen optando por el medioambiente madrileño, con la Sierra del Rincón como “destino favorito”, con sus bosques de hoja caduca.
El presidente de Atusima, Gustavo Nach, asevera que “volvimos a la vieja normalidad” en materia de turismo, aunque se ha reducido la avalancha de visitantes que recibieron en las primeras salidas tras los confinamientos perimetrales.
Localidades muy turísticas como San Lorenzo de El Escorial tienen sus hoteles llenos y el buen tiempo que dan las previsiones meteorológicas para los próximos días han animado aún más a la gente para visitar el Real Sitio.
“La gente parece que sale de debajo de las piedras cuando hace bueno”, cuenta contenta la presidenta de la asociación Restaura El Escorial y dueña del hotel Los Lanceros, Raquel Muñoz.
Para Muñoz lo mejor de este puente es que se hayan terminado las restricciones en los restaurantes porque, según explica, los clientes llevan todo el año viviendo situaciones incómodas cuando se les recordaba que no se podían sentar más de 4, 6 u 8 personas juntas, según el momento en el que se encontraba la pandemia.
“Decir que no se pueden juntar grupos es muy desagradable para nosotros; ahora, sin restricciones, respiramos más al no tener que dar la cara porque muchos clientes venían sin saber las normas o se hacían los locos”, apunta.
En el Hotel Arciprestre de Hita de Navacerrada, uno de los más representativos del municipio serrano, cuentan a Efe que notan constante movimiento desde hace meses y que esté puente “está todo completo”, tanto el hotel como el restaurante, ya que este fin de semana tienen además un congreso.
De hecho, al intentar buscar una habitación para el puente en una de las plataformas de internet más conocidas los hoteles principales no aparecen porque están completos y las pocas casas rurales que se ofrecen en Navacerrada avisan que quedan pocos cuartos, al igual que ocurre en Patones, en la Sierra Norte, con todos sus hoteles completos y con el más cercano con disponibilidad a 12 kilómetros.
En Cercedilla, Isabel, dueña de la empresa de actividades Navalmedio Naturaleza, explica a Efe que la ocupación en su pueblo es “similar o más aún” que en resto de localidades próximas.
Igual que ocurre en El Escorial, lo que nos cuenta Isabel es que la mayoría de clientes y turistas que reciben son personas de la Comunidad de Madrid y, en menor medida, de otras regiones colindantes.
El caso de Isabel es un tanto curioso, ya que, a pesar de que han terminado las restricciones, ella ha decidido seguir manteniéndolas en sus actividades y no va a abrir la ratio a más de 23 personas por grupo.
Para este puente tienen tiro con arco y un programa de educación ambiental llenos; sin embargo, Isabel ha tenido que cancelar por falta de setas ochenta reservas para la actividad micológica que estaba programada.
Aun así, explica para entender la magnitud de las reservas que están recibiendo, hasta finales de noviembre ya tienen más de 400 clientes para esta actividad, con unas 30 reservas diarias.
Otro de los municipios de la Sierra Norte donde apenas quedan habitaciones para el puente es Garganta de los Montes, donde desde el inicio de la pandemia han comprobado un aumento drástico en el número de visitantes, tanto de quienes pernoctan como de quienes únicamente pasan el día.
Además, todavía cuentan con decenas de “nuevos vecinos” que han aprovechado la llegada del teletrabajo para cambiar su lugar de residencia a Garganta, con lo que “prácticamente es imposible encontrar un piso”, cuentan a Efe fuentes municipales.