Las Bellidas | JESÚS RAMÓN LÓPEZ
(Actualizado

En la Comunidad de Madrid vive el 14,29% de la población española, casi siete millones de personas en una región que tiene una densidad de población de 844,53 habitantes por kilómetro cuadrado. Se podría decir que toda la Comunidad es un hervidero de gente, bullicio, ruido, ajetreo, vida. ¿Toda la comunidad?

No, toda no... En algunas zonas de la Comunidad sobreviven hoy, y parece que por siempre, unos pequeños reductos despoblados, pueblos, más bien aldeas, de los que hace mucho tiempo se marcharon los humanos y dónde hoy sólo viven conejos y lagartos entre zarzas y malas hierbas.

Lugares despoblados donde reina el silencio. La España ‘vaciada’ al lado de una ciudad con casi cuatro millones de habitantes.

Fresno de Torote

Fresno de Torote | GOOGLE MAPS

En el Corredor del Henares, a 15 km de Alcalá de Henares y a 34 de Madrid, se encuentra Fresno de Torote. El censo oficial de 2020 dice que tiene 2.299 habitantes… pero está abandonado.

En el siglo XIX se anexó a este municipio la pedanía de Serracines donde, ya en el XX, se levantaron urbanizaciones a las que poco a poco se fueron marchando los vecinos de Fresno de Torote. El Ayuntamiento y todos los servicios municipales terminaron trasladándose también aunque mantienen el nombre. El pueblo quedó abandonado.

Tuvo su pasado de gloria. El primer Marqués de Santillana fundó en el pueblo en el siglo XV para dar alojamiento a sus jornaleros y un siglo más tarde la Princesa de Éboli se convirtió en la señora del lugar. En el siglo XX fue muy frecuentado, como terreno de caza, por el abuelo del rey, Juan de Borbón.

Plan para recuperar Fresno de Torote, un pueblo abandonado y en ruinas

Actualmente el pueblo es propiedad de dos empresas, explican desde el Ayuntamiento, la empresa Guazarán, dedicada al desarrollo y explotación de la agricultura y ganadería y Espino de Torote, que tiene una finca donde se realizan eventos y bodas.

Hoy Fresno de Torote es un pueblo fantasma de casas abandonadas, muchas de ellas con puertas y ventanas tapiadas, pero con tejados que se hundieron hace ya tiempo. Y en mitad de la desolación y el abandono sorprende encontrar un par de viviendas donde se reconoce una mano cuidadosa que aún las hace habitables, pertenecen a los guardeses que trabajan para las empresas propietarias del pueblo. Los únicos habitantes que quedan en Fresno de Torote.

El Alamín

El Alamín | SANTIAGO LÓPEZ PASTOR

El término municipal de Villa del Prado, a 60 km al suroeste de la capital, alberga el punto más bajo de la Comunidad de Madrid (el Río Alberche, a 430 metros sobre el nivel del mar). Y también un pueblo abandonado.

El Alamín fue fundado en la década de los 50 del siglo pasado, por Juan Claudio Güell, conde de Ruiseñada, para alojar a los jornaleros de su finca, del mismo nombre. El trabajador no tenía la propiedad de la vivienda pero no tenía que pagar nada por ella, salvo la luz, y al jubilarse debía dejar la casa para un nuevo empleado. El pueblo tuvo una iglesia, bar, peluquería, oficina de correos y hasta una escuela atendida por las monjas de un convento cercano.

Visitamos El Alamín, un madrileño pueblo fantasma

La finca y sus cultivos perdiendo rentabilidad con el tiempo y los jornaleros acabaron emigrando a otros lugares, algunos al cercano pueblo de Villa del Prado, otros, la mayoría, a Madrid. El pueblo se fue deteriorando y a la vez que la vegetación se adueñaba de sus terrenos lo hacían también las leyendas sobre fantasmas que habitan sus ruinas, lo que atrajo, y sigue atrayendo, a amantes del espiritismo y las psicofonías. Y a los grafiteros, que han dejado su huella, casi indeleble, a pesar de la valla que rodea y cierra el pueblo.

Navalquejigo

Navalquejigo | EUROPA PRESS

En una zona habitada desde la época de los carpetanos y cerca de El Escorial, se encuentra Navalquejigo, un pueblo fundado por un grupo de segovianos en el siglo XI que llegó a tener en el 250 habitantes, número que para la época no está mal (s. XVI) y era el doble de los que tenía El Escorial en ese momento. Pero la construcción del Monasterio de San Lorenzo y la capitalidad de Madrid, jugaron en su contra.

En el siglo XX el pueblo comenzó una lenta sangría de población, sus habitantes se trasladaron a la localidad vecina de Los Arroyos y a finales de la década de los 80 sólo quedaba una persona. Después no quedó nadie.

'Salvemos Navalquejigo' pide a la Comunidad de Madrid que se proteja el conjunto medieval

En el año 1997 el pueblo volvió a tener habitantes, aunque ilegales. Un grupo de okupas reconstruyó algunas casas y se instaló en ellas. En el 2007 fueron desalojados por la Guardia Civil por orden de un juzgado de El Escorial a raíz de la denuncia del antiguo propietario del pueblo, que había vendido los terrenos a una constructora. Al año siguiente, la Audiencia Provincial de Madrid revocó la decisión del magistrado y los okupas volvieron al pueblo. Hoy siguen viviendo allí unos 50 e incluso han nacido niños.

Navalquejigo tiene una iglesia medieval del S. XIII y se pide su declaración como Bien de Interés Patrimonial para frenar su deterioro que acumula.

Bellidas

Ruinas de las Bellidas | JESÚS RAMÓN LÓPEZ

En el municipio de Piñuécar-Gandullas, muy cerca de Horcajo de la Sierra y del Valle del Lozoya, se encuentra lo que fue el pueblo de Bellidas o Las Bellidas.

Como le pasó a otros muchos pueblos, a mediados del siglo XX sus habitantes empezaron a marcharse en ese éxodo rural que dejó los pueblos vacíos y las ciudades llenas. Y quedó abandonado.

Hoy en día no está despoblado del todo, hace unos años llegó una persona que arregló una casa y se instaló en ella. No vive allí siempre, explican desde el Ayuntamiento de Piñuécar, pero pasa los fines de semana y vacaciones y a veces largas temporadas. Vive rodeado de ruinas, la suya es la única casa que conserva vida entre antiguas viviendas que poco a poco van desapareciendo engullidas por el tiempo.

Muy cerca se encuentra la iglesia de Santo Domingo, sólo conserva en pie la espadaña, pero conforma un curioso paisaje que merece la pena visitar. Era la sede del Tribunal de Aguas que dirimía los asuntos sobre el reparto de agua de la zona.

Polvoranca

Ruinas de la Iglesia de San Pedro, Polvoranca | PABLO CABEZOS

En el terreno que hoy ocupa el Parque de Polvoranca, entre Leganés, Alcorcón y Fuenlabrada se levantaba hace cien años la aldea de Polvoranca

Sus orígenes se remontan a la Edad Media pero en la zona hubo asentamientos mucho antes que buscaban la cercanía del agua. Se encuentra en un lugar muy húmedo cerca de la laguna Mari Pascuala y el Arroyo Culebro. Tuvo visitantes ilustres, como el poeta Fray Luis de León, asiduo de la zona.

Los habitantes de Polvoranca se marcharon en el siglo XIX precisamente a causa del agua porque comenzaron a sufrir brotes de paludismo provocados por los mosquitos que atraía la humedad. El pueblo padeció hambrunas, penurias, enfermedades y cogió fama de inhabitable.

Hoy en día sólo quedan en pie los restos de la iglesia de San Pedro. Y leyendas sobre fantasmas y tesoros escondidos, alimentadas por los restos encontrados durante la construcción del parque (cerámicas, puntas de sílex y restos óseos)

Daganzo de Abajo, el Villar y otros pueblos

Ruinas de la ermita de El Villar | DE BENJAMINMM

Seguramente muchos al pasar cerca de Daganzo de Arriba, al este de la Comunidad, se han preguntado dónde está Daganzo de Abajo. La respuesta es que ya no está. Pero estuvo.

Se llamó antes Daganzuelo y tuvo habitantes hasta el siglo XIX. Cuentan algunas leyendas que huyeron a causa de una plaga de hormigas, otras dicen que por un terremoto. Hoy no queda apenas más que unas piedras para recordar que alguna vez existió.

Semejante es el caso de El Villar, en el municipio de Robledillo de La Jara. Sólo los restos de su ermita indican que alguna vez allí vivió alguien. Y de La Nava, cerca de Madarcos. Y Perales de Milla en Quijorna. De todos ellos aún quedan restos, que, aunque escasos, evitan que su nombre caiga en el completo olvido.

Y aún hay otros de los que no queda más que eso, el nombre, y su mención en algún documento histórico, como Acedimos y Alarnes en Getafe, Bujes en Meco o Camarma del Caño que un día estuvo al lado de Camarma de Esteruelas.