El tercer premio ha recaído en el 75.913, vendido íntegramente en Madrid
Está dotado con 500.000 euros a la serie
La ciudad de Madrid ha rematado hoy su buena suerte en el sorteo de la lotería de Navidad con todo el tercer premio, que ha caído en el número 75.913, después de llevarse parte del primero, del segundo y de un cuarto, además de un quinto completo y un pellizco de otros cuatro.
El tercer premio ha sido vendido íntegramente por la administración 187 de la capital, situada en la avenida de Ciudad de Barcelona, 138.
Su responsable, Juan Ángel González Peñaranda, también ha sido alcanzado por la fortuna con un décimo de las 195 series despachadas aproximadamente, cada una dotada con 500.000 euros, de las que sólo devolvió una o dos, según ha comentado a la prensa.
El lotero doblemente afortunado, como vendedor y agraciado en el sorteo, ha confesado que dedicará los 50.000 euros que le han tocado a "tapar algún agujero" y a ayudar a su hija mayor, en paro desde hace cinco meses, cuando terminó los estudios.
Ha sido el tercero el que más se ha resistido en salir de los tres premios principales, cantado a las 11:56 horas, en la séptima de las nueve tablas, por los niños del colegio de San Ildefonso Marisel Carvajal Guevara (número) y Alfredo R. Grande Sierra (premio), con Borja Alonso Pérez y Antonio J. Baeza Daw en la extracción de bolas.
Antes habían aparecido el "Gordo" (79.250), a las 11:14, y el segundo (147), a las 10:52, que habían dejado un anticipo millonario en otras administraciones madrileñas.
Entre descorches de botellas y sorbos de cava, Juan Ángel González y su esposa, Concha, recibían después de mediodía las felicitaciones de numerosos vecinos en el interior de la administración.
Gran parte eran propietarios de uno o incluso dos décimos del 75.913, uno de los números a los que la administración de González Peñaranda está abonada.
"Nervioso, encantado de la vida pero abrumado, absolutamente fuera de órbita", confesaba Juan Ángel, que se sentía feliz desde que supo que en su oficina, próxima la estación ferroviaria de Atocha, había caído un premio importante de Navidad por primera vez en los 25 años que lleva al frente de ella.
El lotero se mostraba especialmente satisfecho por haber contribuido a distribuir el premio por todo el barrio, en gran medida a través de las participaciones vendidas en los cercanos comedores para los empleados de Renfe y en un quiosco de prensa de la avenida de Menéndez y Pelayo.
Tanto él como su esposa sonreían con sorna cuando se les preguntaba a qué iban a dedicar el dinero: "Hoy día, ¿qué se puede hacer con 50.000 euros?"
"Tapar algún agujero que otro", insistía Juan Ángel, si bien admitía que intentará darse "alguna satisfacción", mientras Concha no olvidaba la principal preocupación del matrimonio: una hija de 26 años que acabó hace cinco meses estudios de diseño y todavía no ha encontrado trabajo.
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