(Actualizado

Es el último caso de agresiones físicas a una persona por su orientación sexual. La mujer, de 26 años, todavía se recupera del trauma. Le dieron una paliza hace dos semanas en un bar de Tetuán por ser transexual. Físicamente está bien pero el miedo no le deja vivir.

Tanto que en el vídeo no se muestra su rostro ni se dice su nombre. Apenas sale de casa porque las agresiones se han repetido, insultos, humillaciones, hasta la última paliza.

Le cuesta recordarlo, ponerlo en palabras, pero se ha decidido a denunciar. Su agresor fue detenido en Galicia, pero ella teme volver a su barrio. En el Ayuntamiento de Madrid no han escuchado su petición de ayuda para una nueva casa.

Le indigna que las declaraciones de los políticos el día del orgullo gay, no se traduzcan en hechos. Lo que más le duele no son los golpes sino la indiferencia incluso de los policías, mientras este tipo de agresiones no paran de crecer. La comunidad estudia una ley específica de transexualidad que les proteja.