La última línea privada de autobús de la ciudad de Madrid
Lleva 60 años uniendo el centro de la capital con los barrios del sureste
Los vehículos aceptan todos los títulos de transporte del Consorcio Regional y las tarifas son las mismas
P.O.
Son azules, paran en las mismas marquesinas que los autobuses de la EMT, pero no son de la EMT. Son autobuses privados, pero no se diferencian en nada de los públicos municipales. La empresa Autobuses Prisei lleva más de medio siglo llevando y trayendo viajeros por las calles de Madrid.
Las operaciones de esta empresa familiar comenzaron a mediados del siglo pasado. Prisei la fundó en 1960 Ginés Prieto, ya fallecido, y la línea se inició con el itinerario Madrid-Huerta de Catañeda. Desde el centro hasta las afueras de Madrid.
Al frente de la empresa está ahora su hija, Pilar Prieto, que no oculta que están pasando por dificultades y sin apenas ayudas. "Estamos subsistiendo, durante el confinamiento los viajeros descendieron un 90% pero teníamos la obligación de seguir dando el servicio", recuerda.
En Prisei no ha habido ningún ERTE y se ha mantenido la totalidad de la plantilla tras varios acuerdos. Entre conductores, personal de taller y oficinas son 30 trabajadores.
El 100% de los autobuses de esta sociedad familiar están en servicio a pesar de que la ocupación media de cada coche fue del 60% en septiembre, según comenta Prieto.
El miedo al contagio, explica Pilar Prieto, está lastrando al transporte público. Ella opina que si sus conductores, que pasan varias horas al volante, no se han contagiado tampoco tiene por qué ocurrir entre los viajeros.
Ya en 2009 Prisei comenzó a desinfectar con ozono sus vehículos semanalmente. Ahora lo hace a diario además de las tareas de limpieza de asientos, barras, suelo y otros elementos del interior.
Cuando comenzó la aventura empresarial de Ginés Prieto los vehículos usados eran de marcas como Studebaker, Barreiros o Pegaso Comet. La flota actual cuenta con coches Mercedes, Vectia, Otokar o King Long, éstos últimos híbridos.
La Covid-19, dice la gerente de la empresa de autobuses, les ha hecho perder un año. A estos vehículos de transporte de viajeros se les permite una antigüedad máxima de 10 años. Por eso reclaman una ampliación de esa antigüedad "para que el año que viene no tengamos que enfrentarnos a la renovación de flota".
En la actualidad la línea tiene la denominación VCM-500 y cubre la concesión entre la Plaza de Isabel II y Los Cármenes con 11 autobuses.