El 90% de los usuarios de bicicletas compartidas en Madrid las usan como transporte habitual
La bici ha dejado de ser en la capital un vehículo de uso recreativo para convertirse en una alternativa real de transporte
Los investigadores de la Universidad Politécnica han tomado como modelo BiciMaD
REDACCIÓN
Si hasta hace solo unos años era muy difícil localizar un aparcamiento de bicicletas compartidas en las ciudades, su presencia ha ido aumentando paulatinamente hasta el punto de que, para muchos usuarios, son ya un medio de transporte en sí mismo, más allá del ocio.
Así lo ha puesto de manifiesto un estudio realizado por investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) que ha tomado como modelo las bicicletas de uso compartido del Ayuntamiento de Madrid, BiciMAD, para analizar hasta qué punto el uso de las mismas se ha convertido en habitual para desplazarse por la capital.
“Los sistemas de bicicletas compartidas han sido tradicionalmente concebidos como un medio de transporte complementario para la ‘última milla’, es decir, trayectos cortos entre la red de transporte público y el destino final”, explica Juan José Vinagre, del Grupo de Biometría, Bioseñales, Seguridad y Smart Mobility de la UPM y uno de los coautores de este trabajo.
“Sin embargo, un análisis más exhaustivo del modo en que los usuarios las utilizan en la capital, pone de manifiesto que este modelo de bicicleta ha encontrado ya hueco entre los sistemas de transporte de los madrileños también cuando se trata de recorrer largas distancias y más allá del ocio”.
Ilustración 1. Principales estaciones origen (círculos rojos) y destino (cuadrados verdes) del tipo “ocio”.Según el trabajo realizado por investigadores del Grupo de Investigación en Planificación del Transporte (GIPT) de la ETSI Caminos, Canales y Puertos; y el Grupo de Biometría, Bioseñales, Seguridad y Smart Mobility de la ETSI Telecomunicación, hasta el 90,60% del uso que se hace en Madrid de las bicicletas compartidas supera las meras razones de ocio y hace que se conciba como un transporte.
A través de diversos modelos según uso y comportamiento de los usuarios se llegó a a conclusión de que el uso de las bicicletas compartidas en Madrid se realiza con una finalidad de transporte y no de ocio.
Fijar precios y predecir la demanda
Para los investigadores, abre la puerta a nuevas acciones por parte de los ayuntamientos de cara a proponer soluciones que mejoren la movilidad de las grandes ciudades.
Este trabajo añade además la posibilidad de diseñar políticas de precios específicas para cada finalidad que promuevan el uso de este medio frente al vehículo privado, reduciendo así la huella de carbono asociada.
Finalmente, el análisis generado genera el detalle necesario para desarrollar modelos de optimización de la operación de los sistemas de bicicletas compartidas, prediciendo la demanda futura en cada estación de anclaje.