Ana María Matute: el Cervantes es un premio a todo lo que ha pasado durante una vida
La escritora, elegida por mayoría, se convierte en la tercera mujer en obtenerlo
Tras años en los que su nombre sonaba con fuerza para el galardón más prestigioso de las letras en español, Ana María Matute ganó hoy por mayoría el Premio Cervantes por el magisterio demostrado como "escritora realista y con proyección a lo fantástico".
"La conjunción de esas cualidades es sorprendente" dijo Juan Marsé, miembro del jurado y Premio Cervantes 2008, después de que la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, hiciera público el fallo.
Matute, académica de la Lengua y genial novelista y cuentista, se convierte así en la tercera mujer que gana este premio, que en sus 35 años de trayectoria sólo había distinguido hasta ahora a María Zambrano y a Dulce María Loynaz.
La escritora Ana María Matute ha expresado su alegría por haber sido galardonada con el Premio Cervantes del que ha dicho que "es una especie de premio a todo lo que ha pasado durante una vida", en referencia a su larga trayectoria literaria.
A sus 85 años, Ana María Matute se mostraba feliz por haber recibido el Cervantes: "Me hacía mucha ilusión y esta noche no he dormido nada pensando si me lo darían o no me lo darían y ahora me siento muy feliz".
La escritora ha dicho que la celebración del Cervantes ha comenzado "de momento abriendo dos botellas de cava". "Y luego lo seguiré celebrando escribiendo un nuevo libro que comenzaré en Navidad y que lo haré con toda la ilusión e ímpetu", ha agregado.
Para Ana María Matute hay "algunos que escriben para que les den premios". "Pero -ha precisado-, otros escribimos porque es nuestra forma de estar en la vida. De todos modos sienta estupendamente que te premien".
La escritora ha confesado que no esperaba el Cervantes "ni hace años ni hace meses" pero que últimamente le empezaron a decir que su nombre sonaba. "No me lo creía del todo pero al final ha sido así y estoy muy contenta y doy saltos de alegría".
Matute ha dicho que ha recibido felicitaciones de sus amigos pero también de gente que no conoce, que ha leído sus obras y que se alegran de que le hayan dado el premio. "Y eso es otro premio muy importante para mí", ha añadido.
Gregorio Salvador, miembro de la Real Academia Española y presidente del jurado, subrayó que "los méritos y valores de Ana María Matute son evidentes", y más cuando este premio "reconoce una trayectoria completa".
De todas las facetas desarrolladas por Matute, Salvador se centró en la producción de literatura infantil y juvenil de Matute, "una autora verdaderamente genial y que tiene un público fiel en esas edades", una cualidad que quizá no posean otros autores galardonados con este premio.
La ministra hizo pública la admiración que profesa a Ana María Matute, una escritora "con un mundo propio y un lenguaje propio", y, según dijo, así se lo ha transmitido cuando ha hablado esta tarde con ella para comunicarle el fallo.
El jurado realizó seis votaciones antes de emitir su fallo. Como cada año, hubo otros candidatos, y, según diversas fuentes consultadas por EFE, el escritor Antonio Muñoz Molina quedó finalista en esta edición del Premio Cervantes.
BIOGRAFIA
Libre, moderna, rebelde, Ana María Matute siempre ha dicho que la palabra era "lo más hermoso que se había creado" y que su sitio, su lugar, era "el bosque" y ese fue el tema, precisamente, que escogió para su discurso de entrada en la Real Academia de la Lengua en 1998 para ocupar el sillón "K": "En el bosque", que así era el título.
"El bosque es para mí, el mundo de la imaginación, de la fantasía, del ensueño, pero también de la propia literatura, y, a fin de cuentas, de la palabra", dijo.
La narradora es autora de títulos imprescindibles como "Torre vigía", "Olvidado Rey Gudú", "Aranmanoth", "Los soldados lloran de noche", Premio Fastenrath de la Real Academia Española; "Los Abel", "Fiesta al Noroeste", premio Café Gijón; "Pequeño teatro", premio Planeta; "Los hijos muertos", premio de la Crítica, en 1958, y Premio Nacional de Literatura en 1959 o "Primera memoria", premio Nadal en 1959, entre otros.
También tiene una inabarcable obra para jóvenes y niños, con cuentos como "Los niños tontos", "El país de la pizarra", "La oveja negra", "El verdadero final de la bella durmiente", o "La puerta de la luna", el volumen que abrocha todos sus cuentos y que acaba de salir este mes. Muchos de ellos están dedicados a su hijo Juan Pablo.
Y como creadora de cuentos para niños, posee también el Premio Nacional de Literatura Infantil por "Sólo un pie descalza", "la Matute", como así le gusta que la llamen, se ha manifestado muy en contra de la idea de lo políticamente correcto en los cuentos que se escriben ahora.
"Lo políticamente correcto lo fastidia todo. Ahora no le puede leer a un niño un clásico, que son fabulosos, porque hoy hay que decirles amén a todo y al final la caperucita se hace amiga del lobo. Y esto no es así, porque en la vida te vas a encontrar lobos tremendos...", decía en una entrevista con el Efe el pasado año.
Además, para la autora la infancia, como para Rilke, "es todo y nos marca a todos de una manera tremenda". "A veces la infancia es más larga que la vida", escribe en "Paraíso inhabitado".
Poseedora de una larga nómina de premios, también pertenece a la Hispanic Society of America y la Universidad de Boston tiene una biblioteca con un fondo llamado "Ana María Matute collection".
El mundo narrativo de Ana María Matute ha navegado entre los hermanos Grimm, Andersen, Perrault, Proust, Rilke, Chejov, Faulkner o Poe. Cervantina, y hoy premio Cervantes, la mirada, dulce y amable de esta escritora también ha pasado por toda clase de vicisitudes.
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