Ángel Sastre, periodista liberado tras su secuestro en Siria: "Estoy en una nube"

  • Se ha mostrado "muy agradecido" por la gestión del Gobierno

Angel Sastre, uno de los tres periodistas liberados este fin de semana tras casi un año de secuestro en Siria, ha afirmado este lunes 9 de mayo que se encuentra "muy feliz" y "en una nube" tras su llegada a España. "La vida te cambia casi en cuestión de horas. Después de estar en Siria casi 10 meses, ahora estoy en Madrid con mi familia, después de haber pasado lo que he pasado", ha relatado Sastre en declaraciones a Onda Cero.

Asimismo, el periodista ha asegurado estar en "fase de recuperación de la vida que tenía" y ha añadido que tiene "una deuda que cumplir" con sus familiares, que se han comportando "como unos jabatos. Seguidamente, Angel Sastre ha manifestado que él y sus compañeros han estado "muy arropados" por el Ejecutivo y se ha mostrado "muy agradecido" por la gestión del Gobierno, y por la llamada telefónica del rey Felipe VI.

Los tres periodistas 'freelance' Antonio Pampliega, José Manuel López y Angel Sastre, liberados este sábado, desaparecieron en la ciudad de Alepo (Siria) el 12 de julio del pasado año, apenas unas horas después de haber entrado en el país por Turquía.

Capturados por el Frente Al Nusra, la filial de Al Qaeda en Siria, han pasado buena parte de su cautiverio juntos en una casa en Alepo, ciudad en la que antes de su secuestro se disponían a hacer un reportaje, aunque también les han ido moviendo por otras zonas del país.

Su guía, el sirio Usama Ajjan, al que ya conocían de viajes anteriores, colgó en las redes sociales varias fotos con sus "amigos españoles" nada más pisar suelo sirio, lo que inconscientemente pudo alertar a sus captores de la presencia de los tres periodistas en el país. De hecho, Ajjan fue capturado junto a los tres españoles, pero en su caso le soltaron unos 20 días después.

HAN ESTADO LOCALIZADOS

El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) les ha tenido localizados y exigió a sus secuestradores que les ofreciese lo que se denomina 'pruebas de vida', es decir, garantías de que los rehenes estaban vivos cuando los servicios secretos no podían comprobar este extremo directamente.

Estas 'pruebas de vida' han consistido en preguntas formuladas por los amigos o familiares de los periodistas cuya respuesta solo podían contestar correctamente los rehenes. Otras veces, la prueba de vida ha sido un vídeo en el que los rehenes decían su nombre y la fecha del día en que se grabó el vídeo. Por lo general, presentaban un aspecto limpio y saludable, si acaso alguno de ellos más delgado.

Durante el secuestro, los tres reporteros han recibido un trato razonable por sus captores, que incluso les han permitido ver el fútbol por televisión e intercambiar cartas con sus allegados. Los tres españoles compartieron parte de su cautiverio con un ciudadano japonés y una mujer alemana embarazada.