La Audiencia Nacional ha dejado en libertad al expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa, y a su sucesor al frente de la entidad Rodrigo Rato, a quienes atribuye un comportamiento "intachable y cabal" durante todo el procedimiento del caso de las tarjetas 'black'. Esta actitud hace innecesaria la adopción de medidas hasta que la sentencia adquiera firmeza en el Tribunal Supremo. El auto se ha dado a conocer tras la celebración de las vistillas a Blesa y Rato, condenados a seis y cuatro años y medio de prisión respectivamente por delito continuado de apropiación indebida. El Ministerio Fiscal había pedido para el primero de ellos prisión provisional eludible bajo fianza de 100.000 euros si bien no había solicitado vista para el exdirector gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El tribunal que preside la magistrada Angela Murillo recoge que la sentencia condenatoria por sí sola no da lugar a modificar la situación personal del que fuera presidente de Caja Madrid entre 1996 y 2010, "más aún", dice, "cuando su comportamiento procesal ha sido intachable, cuando sus bienes se encuentran embargados y cuando sus circunstancias personales revelan inequívocamente un arraigo en su país en todos los órdenes de la vida".
Del que fuera vicepresidente del Gobierno, la Sala concluye que su comportamiento ha sido "absolutamente cabal" y no se vislumbra riesgo alguno de sustracción al proceso por lo que sería "aventurado e inconsciente" modificar su situación personal.
PETICION DE LA FISCALIA
El Ministerio Fiscal había reclamado prisión provisional eludible bajo fianza de 100.000 euros para Blesa, y subsidiariamente retirada del pasaporte y comparecencias periódicas. Para Rodrigo Rato no solicitó celebración de vista aunque sí lo hicieron las acusaciones populares. La Confederación Intersindical de Crédito (CIC) había pedido prisión incondicional para ambos exbanqueros, mientras que la CGT solo lo había hecho en el caso de Blesa y retirada del pasaporte para Rato.
El tribunal no vislumbra que exista riesgo de fuga para ninguno de los dos pese a tener cuentas pendientes en sendos juzgados ordinarios de instrucción de Madrid. En concreto Rato sigue imputado en la pieza principal del 'caso Bankia' mientras que Blesa es investigado en la pieza de preferentes.
Además este último se sentará en el banquillo de los acusados después de que se abriera nuevo juicio contra él por los sobresueldos cobrados por exdirectivos de Caja Madrid. Rato, por su parte, tiene el pasaporte retirado por la causa que instruye el*titular del Juzgado de Instrucción número 31 de Madrid, en relación con su patrimonio.
El presidente de la CIC, Gonzalo Postigo, ha asegurado que siente "estupor" tras conocer el auto. Esta acusación popular ha recurrido la sentencia ante el Tribunal Supremo, como ya han anunciado que harán los principales condenados como Blesa, Rato, el exdirigente de Izquierda Unida y exvicepresidente de la caja José Antonio Moral Santín.
Blesa y Rato, recibidos con abucheos al grito de 'ladrones' a su llegada esta mañana a la Audiencia Nacional,han sido igualmente increpados cuando han abandonado las dependencias judiciales poco después de concluir sus respectivas vistas, que apenas han durado veinte minutos cada una. A ambos se les impuso las penas máximas por delito continuado de apropiación indebida y se les acusó de quebrar la lealtad que la entidad nacionalizada depositó en ellos.
"LEALTAD QUEBRADA"
La sentencia, de la que fue ponente la magistrada Teresa Palacios y que recoge la condena de los 65 exaltos cargos y directivos de Caja Madrid y Bankia, fundamentó la condena a todos los beneficiarios en el uso personal que hicieron de las Visas que recibieron a su llegada a la entidad nacionalizada y a las que cargaron un total de 15 millones de euros entre 1999 y 2012. si bien solo se juzga desde 2003 debido a que los delitos cometidos previamente habrían prescrito.
El tribunal determinó que la práctica nacida bajo un acuerdo del Consejo de Administración del 24 de mayo de 1988 acabó derivando en un sistema con el que se dilapidó el patrimonio de Caja Madrid. En concreto reprochó a los acusados que perpetuaran en el tiempo esta práctica y no la eliminaran y que no era de recibo que estas personas "altamente cualificadas" sostuvieran abiertamente que podían hacer uso de unas tarjetas de empresa integradas en su salario.
Pese al argumentario de los acusados, el tribunal consideró probado que fueron colaboradores de una práctica oculta a los supervisores y señaló especialmente a Miguel Blesa y a Rodrigo Rato, de quienes dijo que se situaban en el "punto de partida de la distracción de fondos de la entidad. "La lealtad quebrada se hace evidente, por anteponerse los fines personales a los intereses sociales que eran los bancarios y no otros", precisa la resolución.