El expresidente Gobierno José María Aznar ha afirmado este martes que "hoy España está en una encrucijada" porque se enfrenta, según ha dicho, a una "crisis constitucional", una expresión que no cree que sea "desorbitada" pronunciar en estos momentos.
Así lo ha asegurado en la inauguración del Congreso Internacional 'Antonio Cánovas del Castillo: la Monarquía liberal española de la Europa del siglo XIX', organizado por la Universidad CEU San Pablo para analizar la figura de este político referente del conservadurismo español.
Durante su intervención, Aznar se ha referido "la fragmentación del sistema de partidos", al clima de polarización o a las "crecientes cuotas de poder regaladas a los enemigos declarados del orden constitucional" para avalar la existencia de esa "encrucijada".
A su juicio, la figura de Cánovas adquiere en estos momentos una relevancia muy oportuna porque su obra consistió "en levantar un sistema político que pacificara medio siglo de discordias civiles".
Ha advertido de que "una nación no se improvisa en ningún referéndum", tras apuntar que "la española se evidencia con el peso de más de cinco siglos de trayectoria histórica".
"Las democracias se cimentan en la lealtad nacional" y "allí donde desaparece, la democracia difícilmente arraiga", ha subrayado, antes de añadir que sin ella, "la disputa partidaria deviene en un desafío irreconciliable".
Y es que, en su opinión, los desacuerdos políticos no crean ningún terreno común y hacen imposible hasta la discusión. "Es la lealtad nacional, eso que llamamos patriotismo, lo que permite la concordia sin necesidad de acuerdo", ha remarcado.
El presidente de FAES ha reivindicado en su discurso la figura de Cánovas del Castillo -del que ha dicho que fue una referencia para él- por considerar que representa "uno de los valores permanentes de nuestro patrimonio histórico".
"Cánovas consiguió restablecer la convivencia bajo un amplio régimen legal", ha dicho, tras opinar que fue "el arquitecto de una solución de compromiso y de consenso: la constitución de 1876.
El expresidente ha considerado curioso que las dos constituciones que han propiciado los periodos más largos de estabilidad política coinciden también en haber despertado "una saña muy similar".