Aznar pone el ejemplo griego para avisar del riesgo del populismo
Sarkozy critica a Tsipras, un "irresponsable" que ha mentido a su pueblo
El expresidente del Gobierno José María Aznar y la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, han puesto el ejemplo de Grecia para arremeter contra los "populismos" y la izquierda "radical" y advertir del riesgo que tendría para España que estas opciones llegasen a gobernar.
Sin necesidad de citar expresamente a Podemos, ambos dirigentes han coincidido hoy, en la apertura del Campus FAES, en los peligros que la crisis económica griega supone para Europa y en lo que afecta también a España, en un momento en el que el país tiene "importantes decisiones que tomar", como ha señalado Aznar en alusión a la cita con las urnas en los próximos comicios generales.
Unos riesgos a los que también se ha referido el expresidente francés Nicolás Sarkozy, quien ha acusado al "irresponsable" primer ministro griego, Alexis Tsipras, de "mentir a su pueblo" y ahora pretender que los demás paguen las consecuencias.
El inicio del Campus FAES -que el próximo domingo clausurarán Aznar y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy- ha estado marcado por la crisis griega, y mientras Aznar se ha centrado en sus consecuencias para Europa, Cospedal se ha servido de este asunto para pedir a los ciudadanos que opten por la "estabilidad" que ofrece el PP frente a la "frustración" que generarían otros.
Aznar ha advertido de que la situación en Grecia está "arrastrando" a la Unión Europea y a la zona euro al "borde de la ruptura". Y se debe, ha dicho, al "populismo" que está practicando la "izquierda radical" del país, que "no es capaz de asumir sus responsabilidades" y "se las quita de encima con un referéndum insólito convertido en arma de demagogia".
"Hoy los bancos no abren, no se podrá decir que no estemos avisados", ha señalado Aznar, quien ha advertido de que "lo peor que puede ocurrir" en la UE "es que las reglas no se respeten", y ha señalado que Europa "no solo tiene un problema económico", sino que tiene un "problema político muy importante" con "opciones domésticas incompatibles con el hecho europeo".
Mientras, Cospedal ha señalado que Grecia es un ejemplo de la frustración que generan en los ciudadanos quienes, "disfrazados de lo que no son", ofrecen "quimeras" con el mensaje de "todo es posible". "No podemos permitir que quienes no creen en la democracia se sirvan de ella para acabar con ella", ha señalado la número dos del PP.
Y ha insistido que un país como España, que había "recuperado el orgullo", no se puede permitir que lo logrado estos años caiga "en brazos de los que ofrecen el todo vale, el todo incluido, a cambio absolutamente de nada".
Cospedal, que también ha criticado que se haya sustituido la política por la "demagogia" de los "eslóganes", no se ha olvidado de criticar al PSOE, y ha acusado a su líder, Pedro Sánchez, de utilizar la bandera de España "sin creer en la unidad" del país y cuando pacta con quienes pretenden "dar al traste" con dicha unidad y con la solidaridad entre españoles.
Tras insistir en que "la política no es un juego", Cospedal ha contrapuesto a estas opciones el proyecto de "centro liberal reformista" que representa el PP y que apuesta por la "estabilidad institucional y económica a salvo de sobresaltos y ocurrencias".
Además, en su primera intervención pública como secretaria general desde las elecciones municipales y autonómicas, Cospedal ha admitido que su partido tiene ante sí el "reto trascendental" de explicar a los españoles su gestión y lo que se ha hecho "para evitar que España se vea en situación como la griega" y para "salvar la sociedad del bienestar".
Pero también tiene el PP la obligación, ha añadido, de "recuperar la ilusión" de quienes han dejado de tenerla por este partido y convencerles de que los populares son "la garantía" para el futuro del país, para la "estabilidad institucional, política y social".
Todo en una jornada en la que Nicolás Sarkozy ha señalado que Europa no puede dar la espalda al pueblo griego, pero los griegos deben elegir entre Europa y un gobierno que quiere destruirla.
Sarkozy, que tras esta inauguración se ha trasladado a Madrid para reunirse con Mariano Rajoy, ha acusado a Alexis Tsipras de haber prometido cosas que "sabía que no podía cumplir" y de liderar un gobierno "irresponsable", que cree que se puede "exonerar de cualquier responsabilidad" y dejar de cumplir las reglas mientras los demás pagan por ellos.
"Hemos querido una Europa fuerte; no podemos aceptar una Europa débil", ha recalcado Sarkozy, quien ha incidido en que o se encuentra una vía de solución y de compromiso o habrá "un fracaso aterrador".
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