El presidente de la Conferencia (CEE), Ricardo Blázquez, se ha mostrado "preocupado" y "entristecido" por la declaración unilateral de independencia en Cataluña, un hecho "grave y perturbador" y ha hecho un llamamiento al diálogo, convencido de que es posible la "convivencia en la diversidad". "Desde hace algún tiempo el desarrollo de los acontecimientos en Cataluña nos preocupaba en medida creciente y nos entristeció la Declaración Unilateral de Independencia" que significaba "la ruptura del orden constitucional que los españoles nos hemos dado hace 40 años", ha lamentado. Se trata, a juicio de los obispos, de un hecho "grave y perturbador" de la convivencia garantizada en la Carta Magna, "que va más allá de las discrepancias entre las formaciones políticas".
Por eso, la Conferencia Episcopal ha mostrado su apoyo al restablecimiento del orden constitucional y el respeto a la ley.
Blázquez ha admitido que "el paso del tiempo y la vitalidad de la sociedad" ha mostrado la conveniencia de "reformar o añadir aspectos nuevos en la Constitución para que siempre sea actual", pero -ha advertido- ella misma indica los procedimientos para introducir los cambios oportunos.
"Estamos convencidos de que también hoy es posible la convivencia en la diversidad", ha dicho Blázquez, quien ha llamado a continuar construyendo una sociedad en paz, libertad y justicia a partir del diálogo de los ciudadanos y en las instituciones.
En ese sentido, ha recordado que la Iglesia "colaboró eficazmente en la Transición política, aunque no siempre sea reconocido" y ahora "desea continuar cumpliendo su misión de reconciliación y pacificación".
"El ministerio de los obispos y presbíteros está al servicio de la comunión eclesial; y, por ello, también de la convivencia pacífica de los ciudadanos", ha dicho.
El presidente de la onferencia Episcopal ha subrayado que la normalización de la vida social y el correcto funcionamiento de las instituciones "exigen" el respeto de la ley, que regula nuestra convivencia. Y esta normalización requiere, además, el esfuerzo de todos para que las relaciones sociales, eclesiales y familiares afectadas por la crisis catalana "sean renovadas por el respeto a la libertad de todos, la mutua confianza y la concordia serena".
"La Iglesia por su misma naturaleza puede contribuir a la pacificación personal y social, acentuando particularmente la solidaridad entre todos y la atención a los pobres", ha señalado.
Blázquez, se ha referido a Adolfo Suárez, que pidió que se pusiera como epitafio en su sepulcro: "La concordia fue posible".
"Estamos convencidos de que también hoy es posible la convivencia en la diversidad. Como entonces el diálogo de los ciudadanos y en las instituciones será un impulso renovado para continuar construyendo una sociedad en paz, en libertad y en justicia", ha concluido.