Josu Uribe-txeberría, alias Bolinaga, el etarra excarcelado porque estaba a punto de morir en octubre de 2012 y que sigue vivo y disfrutando de su libertad, podría ser acusado de acribillar a un guardia civil en 1986. Un asesinato por el que no ha sido procesado. La Fiscalía pide a la Audiencia Nacional que reabra el caso.
Ocho de junio de 1986. Varios etarras se acercan al vehículo aparcado en el que está el Guardia Civil Antonio Ramos, y comienzan a disparar. El agente se defiende, dispara cuatro veces, pero sus proyectiles se pierden en el aire. Él recibe tres impactos, uno de ellos mortal.
Los asesinos llevan tiempo actuando en la zona. Han asesinado a otros dos guardias civiles y culminaran su carrera criminal con el secuestro y tortura de Ortega Lara. Entre ellos está Uribetxeberria Bolinaga.
Nunca ha sido juzgado. El caso ha salido a la luz tras la investigación de la Audiencia de los 349 atentados que quedan por esclarecer. Cuando Bolinaga fue detenido, Garzón no remitió las pruebas contra él por el asesinato de Antonio Ramos. La Fiscalía ha pedido la reapertura del sumario para encausar a los autores. Aunque haya prescrito, se procurará la reparación moral y económica de la familia.
Bolinaga quedó en libertad en octubre de 2013 por una supuesta enfermedad terminal. Ha superado con creces el tiempo máximo de vida que le daban los médicos. Hace unos días paseba por Mondragón, el escenario de sus crímenes. Como ven, sin aparentes signos de estar agonizando.
Antonio Ramos estaba casado con Carmen, embarazada, y tenía un hijo de cuatro años. Desgraciadamente, su asesinato fue solo el primer paso de la destrucción de su familia. El hijo no nacido sufre autismo y está ingresado en un centro especial. El mayor, a la deriva, le hizo la vida imposibe a la madre y acabó en la droga y la cárcel. Carmen se suicidó en 2007, 21 años después del asesinato de su marido.