David Bonvehí, hasta ahora coordinador organizativo del PDeCAT y hombre de confianza de Carles Puigdemont, ha asumido hoy la presidencia del partido, pese a cosechar un considerable voto de castigo, y ha hecho un llamamiento a la militancia a sumarse a la Crida Nacional per la República.
La primera Asamblea Nacional del PDeCAT, celebrada desde el viernes en el Palacio de Congresos de Cataluña, en Barcelona, se ha clausurado hoy con la elección de una nueva dirección, presidida por Bonvehí, con la diputada en el Congreso Míriam Nogueras como vicepresidenta, con numerosos nombres próximos a Marta Pascal y un peso específico del sector crítico inferior a lo que ayer se preveía.
Si ayer, tras la renuncia de Pascal a repetir como coordinadora general, el estado de ánimo entre los críticos era de euforia, hoy predominaban las caras largas.
Según fuentes demócratas, Bonvehí no se sentía "cómodo" con los primeros borradores de dirección, por temor a quedar atenazado por los críticos -agrupados principalmente en la corriente interna Moment Zero-, por lo que solicitado -y obtenido- el plácet de Puigdemont para confeccionar una lista más a su medida.
El resultado ha sido una candidatura con 30 nombres -incluidos Bonvehí y Nogueras, avalados por Puigdemont- en la que no están dos figuras enfrentadas a Pascal, los consellers Miquel Buch y Damià Calvet, que han visto cómo el plenario de la asamblea ha rechazado una enmienda que relajaba el régimen de incompatibilidades para permitir a los miembros del Govern incorporarse a la cúpula.
Por detrás de los candidatos a la presidencia y a la vicepresidencia, la lista la encabezaban tres estrechos colaboradores de Pascal en la dirección ejecutiva saliente: Ferran Bel, Montserrat Candini y Maria Senserrich.
Los críticos -incluyendo a los distintos sectores y corrientes internas- contabilizan doce nombres de los 30, entre ellos el de la vicepresidenta Nogueras, con la ausencia obligada de Buch y Calvet.
Fuentes de los críticos consultadas por Efe han lamentado que el diseño final de la cúpula del partido haya quedado "flojo".
Las tensiones de los últimos días en el PDeCAT, que culminaron con la renuncia de Pascal -como quería Puigdemont- y con la maniobra de Bonvehí y los miembros de la dirección saliente para reducir el peso de los críticos, han acabado reflejándose en la clausura.
De entrada, a la candidatura oficialista le ha salido una lista alternativa liderada por David Torrents, jefe del partido en Badalona (Barcelona), e integrada por cuadros de escaso peso, descontentos con los "pactos de despacho" de las últimas horas y con el sistema de listas cerradas y bloqueadas a la dirección.
Sorprendentemente, esta lista presentada de improviso y aparentemente sin el apoyo de ninguna de las grandes familias del partido ha obtenido cerca del 29% de los votos, frente al 65% de la candidatura de Bonvehí, que ha encajado un notable voto de castigo.
"Hay cosas que no hemos hecho bien", ha admitido un autocrítico Bonvehí en su primer discurso como presidente del PDeCAT.
INTEGRACION EN LA CRIDA
Bonvehí ha incidido en otro de los grandes retos apuntados en el cónclave de este fin de semana: la próxima integración del PDeCAT en la Crida Nacional per la República, impulsada por Puigdemont.
"Que nadie tenga miedo de participar en la Crida Nacional. Se puede ser del PDeCAT y participar en la Crida. Es más, si eres del PDeCAT debes ser de la Crida", ha proclamado Bonvehí, consciente de la pugna interna -incluso dentro de su propia dirección- entre los partidarios de disolver el PDeCAT dentro de la Crida y los que quieren mantener el partido y convertir la Crida en una federación.
En una intervención grabada desde Alemania, Puigdemont ha celebrado que el PDeCAT haya apostado por sumarse a su proyecto de la Crida Nacional: "Hemos hecho lo que tocaba".
El presidente de la Generalitat, Quim Torra, que no es militante del PDeCAT, ha intervenido desde el atril del auditorio del Palacio de Congresos, desde donde ha pedido al soberanismo "sacrificios y unidad" en torno al "liderazgo transversal" de Puigdemont.
En la clausura, en la que ha intervenido asimismo el exprimer ministro escocés Alex Salmond, se ha leído una carta firmada por los tres exconsellers del PDeCAT presos en la cárcel de Lledoners, Jordi Turull, Josep Rull y Joaquim Forn, que han hecho un llamamiento a la "unidad", sin caer en "batallas y personalismos estériles".
Aún más explícita ha sido la apelación del expresidente de la Generalitat Artur Mas, que ha alertado de que solo el "veneno de la desunión" puede acabar "liquidando" el soberanismo, al que, pese a tener ya ganada la "batalla de las razones" y los argumentos, le "falta fuerza" para hacer efectiva la independencia.