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Pocas veces una corrida de toros ha sido tan simbólica como la que el domingo se celebró en la Monumental de Barcelona. A sólo tres días de que el Parlamento catalán decida si prohibe o no los toros, los aficionados catalanes quisieron dejar bien claro que no quieren perder la Fiesta.

Ya en los aledaños de la Plaza de Toros de Barcelona se podía sentir que no era una corrida más. Partidarios de la Fiesta Nacional y abolicionistas se enfrentaban a gritos. Si de un bando se pedía libertad para disfrutar la Fiesta, desde la otra acera se les llamaba torturadores y asesinos. Por suerte no hubo que lamentar más que esas descalificaciones y esos insultos.

Ya en la plaza se vivió un primer momento emotivo: la banda atacó los compasos del Himno catalán;

Els segadors sonó como preludio al paseíllo.

Y acto seguido, de forma espontánea, un centenar de personas recorrió la plaza con senyeras y pancartas en las que pedía libertad para seguir teniendo toros en Cataluña.

Una vuelta al ruedo aplaudida por los aficionados desde los tendidos y también agradecida desde el ruedo por las cuadrillas.

Fue una buena tarde de toros, que dejó cinco orejas y dos matadores, El Cid y El Fandi, saliendo por la puerta grande.

Una última celebración que también tintes reivindicativos. Los toreros salieron arropados por la senyera, mientras el público gritaba una y otra vez libertad.

El parlamento catalán decidirá este miércoles si aprueba la inciativa popular para prohibir los toros a partir de enero del 2012. Los votos de los representantes de CiU serán decisivos. El PP catalán acusa a CiU y PSC de ser "cómplices" de su posible prohibición en Cataluña