Miguel Carcaño, asesino confeso de Marta del Castillo, ha declarado hoy ante el juez que sus amigos Samuel Benítez y el menor apodado "El Cuco" se deshicieron del cuerpo de la joven en un lugar que desconoce, y que él se quedo limpiando los restos de sangre del piso en el que presuntamente falleció.
En su comparecencia en el Juzgado de Instrucción número 4 de Sevilla, Carcaño, que seguirá en prisión provisional dos años, ha afirmado que mató a Marta el 24 de enero de 2009 en el piso de la calle León XIII de Sevilla golpeándole con un cenicero tras una discusión, y ha añadido que no la violó y que se inventó ese delito para evitar un juicio con jurado popular, según han dicho a Efe abogados personados en el caso.
En tono "socarrón", el asesino confeso de Marta ha concluido, en respuesta a las preguntas del juez, que no conoce dónde está el cuerpo de la menor, han añadido las fuentes. La versión de cómo se deshizo del cuerpo difiere de su anterior declaración, en la que atribuyó a Samuel y a un tío de éste el destino del cadáver.
Tras la comparecencia de Carcaño, el juez ha decretado la prórroga durante dos años de su prisión provisional, que vencía el próximo 14 de febrero, por el riesgo de fuga y de que oculte pruebas, por la gravedad de los hechos, la cercanía del juicio y por el hecho de que aún no ha aparecido el cuerpo, según fuentes judiciales.
Las afirmaciones de Carcaño se han producido durante la notificación al asesino confeso y a los otros tres mayores de edad imputados del nuevo auto de procesamiento y para una declaración indagatoria prevista en la nueva tramitación del caso ante un tribunal profesional, según ordenó el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).
Antes que Miguel Carcaño, se les notificó el auto de procesamiento a su hermano Francisco Javier Delgado, a la novia de éste, María García, y a Samuel Benítez, quien ha dicho al juez que pone a disposición del juzgado el jersey que llevaba puesto la noche de los hechos, un extremo al que las fuentes judiciales han restado importancia.
La defensa de Carcaño, por su parte, han pedido la libertad de su defendido porque asegura que ha desaparecido el riesgo de fuga, mientras que la Fiscalía ha mostrado su convencimiento de que todos los acusados saben dónde está el cuerpo.
CON PROTECCIÓN POLICIAL
Los imputados entraron en la sede judicial con protección policial, y Miguel, que fue conducido al juzgado desde la cárcel de Morón de la Frontera (Sevilla) y estaba peinado con una cresta hecha con fijador, estuvo custodiado por una decena de policías nacionales en su recorrido por los juzgados.
Carcaño entró en la Audiencia bajo la mirada de varios ciudadanos que le han proferido insultos y amenazas, mientras que su hermano y la novia de éste, al salir del juzgado, han sido perseguidos por periodistas y zarandeados por algunos miembros de la plataforma "Todos somos Marta", lo que ha obligado a la Policía a escoltarles.
En su auto de procesamiento, de 38 folios, el juez imputa a los acusados los delitos de asesinato, violación, encubrimiento y contra la integridad moral de los padres de Marta por no desvelar el paradero del cuerpo.
En el auto, el juez impone a cada acusado una fianza de 250.000 euros, rechaza la petición de archivo de los acusados y enumera los "indicios racionales" contra cada imputado, a la vez que fija en una franja horaria situada en torno a las dos horas de la siguiente madrugada la operación para sacar el cuerpo de la víctima del domicilio hasta deshacerse de él en un lugar desconocido.