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El debate político se aviva al tiempo que se conocen nuevas revelaciones sobre el caso Faisán. Los investigadores policiales ya han podido recomponer la cronología de los hechos desde que el inspector Ballesteros llegó al bar Faisán (tres minutos antes del soplo) hasta que lo abandonó (40 segundos después de que se produjera el chivatazo al propietario del local, Joseba Elosúa).

El juez Ruz ya tiene el informe que pidió de Carlos Germán, el policía que primero investigó el chivatazo a ETA. El instructor lo ha declarado secreto, pero el diario "El Mundo" publica parte del contenido. Y permite reconstruir una versión de cómo se dio el soplo.

El inspector de Vitoria, José María Ballesteros, se desplaza a Irún, y la cámara de vigilancia le graba en los alrededores del bar Faisán. Eran las 11,20 de la mañana.

Tres minutos después, a las 11,23, el dueño del bar, Jose Elosúa coge un teléfono y por medio de él le advierten de que si va a Francia a llevar dinero de la extorsión etarra le van a detener, que la policía le tiene vigilado.

Algo más de ocho minutos después termina la presunta conversación telefónica del chivatazo. Eran las 11,32. Cuarenta segundos más tarde, se ve en el video al inspector Ballesteros saliendo del bar.

El investigador dedujo que Elosúa recibe el soplo en un móvil que le entrega el inspector de Vitoria cuando entra en el bar y quien le da el chivatazo por teléfono es el jefe de policía del País Vasco.

Este miércoles la defensa de Enrique Pamiés ha pedido que se aparte al investigador Carlos Germán. Considera que está bajo sospecha. Un informe de la Guardia Civil dice que el equipo de Germán apagó dos veces la cámara de vigilancia del Faisán justo en el instante del chivatazo.