El Pleno de Congreso ha reprobado esta tarde con el apoyo de todos los grupos del arco parlamentario, salvo el PP, al ministro de Justicia, Rafael Catalá; al fiscal general del Estado, Jose Manuel Maza; y al fiscal jefe de Anticorrupción, Manuel Moix, por su actuación en el caso Lezo.
Ante la presencia del propio Catalá, quien ha asistido desde su escaño a todo el debate, la Cámara ha avalado la moción de reprobación presentada por los socialistas contra él por su
"responsabilidad política directa" en la investigación del caso Lezo y en los nombramientos "a dedo" de Maza y Moix, así como por "poner el Ministerio de Justicia al frente de una estrategia de defensa de los corruptos del PP".
No obstante, esta iniciativa -la primera que ha sido aprobada en el Pleno del Congreso contra un ministro en ejercicio- no es vinculante para el Ejecutivo, de manera que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no está obligado a cesarle, habida cuenta de que ya tuvo un ministro reprobado que no fue destituido, caso del extitular de Interior, Jorge Fernández Díaz.
Tras su reprobación, Catalá ha dicho que cree que tiene la "confianza" del presidente para continuar en su cargo y, por tanto, seguirá al frente del Ministerio "con toda la ilusión y toda la energía", ya que solo Rajoy puede nombrar ministros y cesarlos. "Ese es nuestro modelo democrático", ha subrayado.
Eso no resta para que el Congreso haya aprobado, al margen del PP, una moción de reprobación con un fuerte peso político contra el ministro de Justicia, ya que pese a carecer de valor jurídico, los grupos han recordado a Rajoy que "un Gobierno demócrata tiene que atender el mandato de la cámara que le otorga la confianza", por lo que "no le queda más remedio que cesarle".
De nada sirvieron, a la vista de la votación de hoy, las explicaciones que ofreció Catalá la pasada semana en el Congreso, a las que han seguido críticas y acusaciones de la oposición por su actuación en el caso Lezo -operación por la que está en prisión el expresidente madrileño Ignacio González- y por su negativa a dimitir. El ministro defiende que cuenta con la confianza de Rajoy.
"No puede estar ni un minuto más", ha destacado la socialista Isabel Rodríguez, que ha pedido al líder del Ejecutivo que "cese de inmediato" a Catalá, a quien ha acusado de llamar a los corruptos, en alusión al mensaje que envió a Ignacio González, y de formar parte de un plan para proteger a los corruptos de su partido.
Desde Ciudadanos, Ignacio Prendes ha defendido la "indudable eficacia política" de la reprobación a Catalá y los fiscales por situar "la credibilidad de las instituciones en un precipicio".
Mientras que Podemos ha ido más allá al reprochar también a PSOE y Ciudadanos por "no sacar al PP del gobierno" y ser "incapaces de asumir responsabilidad políticas más allá de la reprobación".
Esther Capella (ERC) ha dicho que "lejos de dar explicaciones" Catalá "ha puesto en valor la actuación de Maza y Moix". "Esto no puede continuar, el tiempo se les ha agotado", ha agregado.
Y el PNV ha afirmado que "esta tormenta perfecta" obliga al Gobierno a tomar una decisión que genere confianza ciudadana.
PDeCAT ha defendido que lleva años alertando de la politización de la Justicia al poner como ejemplo el debate soberanista catalán.
Todas estas críticas han sido respondidas por el popular Carlos Rojas que han cargado contra los grupos por sus "acusaciones falsas" que solo "buscan desacreditar a las instituciones".
"Mienten, no se escuden en su inmunidad parlamentaria para mentir y acusar sin pruebas una y otra vez", ha subrayado el diputado que ha dicho que su partido está "orgulloso" de apoyar a Catalá, al que ha calificado como "el ministro que más ha hecho en la lucha contra la corrupción con el paquete de medidas más grande de la UE".
Aunque el ministro ha acaparado los reproches de la oposición, los grupos han cargado duramente contra Maza por su "falta de credibilidad" tras su comparecencia de la pasada semana en el Congreso y el "escándalo" desatado en el Ministerio Público.
Pero aun más contra Moix, al que han definido como "el preferido de los corruptos", al acusarle de "obstaculizar el trabajo de los fiscales, lo que le ha dejado "absolutamente cuestionado".