Representantes de la Dirección General de Tráfico (DGT) se reunieron este viernes en Madrid con 68 alcaldes o concejales de ciudades de más de 100.000 habitantes para incitarles a que pongan en marcha medidas para reducir el número de accidentes de tráfico en zonas urbanas, singularmente la reducción de los límites de velocidad en algunas calles a 20 ó 30 kilómetros por hora y la concienciación sobre el uso de los sistemas de seguridad (cinturón, casco y sillita de retención infantil).
La directora general de Tráfico, María Seguí, señaló, en declaraciones a los periodistas antes de la reunión, que las ciudades registraron "el 57% de los accidentes con víctimas" en 2012, lo que representa 481 personas fallecidas a 30 días del siniestro del total de 1.900 contabilizadas ese año, y añadió que, "en la última década, la mejora de la seguridad vial en el entorno urbano ha sido entre 1,5 y 3 veces más lento que en el entorno interurbano".
No en vano, las estadísticas de la DGT reflejan que las zonas urbanas representan un 24% de los muertos, un 42% de los heridos graves y el 55% de los heridos leves, una tendencia que está en alza desde 2011. "Si queremos llegar a cero (víctimas), tenemos que ser conscientes de que no sólo tenemos que seguir trabajando en las vías interurbanas, sino también incidir de manera urgente en las mejoras de movilidad y seguridad vial en el entorno urbano", apuntó.
Seguí precisó que cada ciudad tiene sus peculiaridades en función del volumen de población, la orografía o el clima, y que la DGT no aboga por "la misma intervención siempre para todos", sino, por ejemplo, que en las ciudades con mayor presencia de ciclomotores y motocicletas deben estimularse que todos los usuarios lleven el casco, la reducción de la velocidad y "mejorar la coexistencia entre peatones y vehículos de motor o de peatones y ciclistas".
MENOS VELOCIDAD Y USO DE SISTEMAS DE SEGURIDAD
En cualquier caso, enumeró dos medidas generales, como la reducción de la velocidad a "un sustancioso número de calles", toda vez que la reforma de la ley de tráfico que actualmente se encuentra en tramitación en el Senado incluye la rebaja de la velocidad a 20 ó 30 kilómetros por hora, lo cual, según Seguí, debería tener "un impacto muy positivo en peatones, ciclistas y usuarios de vehículos motorizados de dos ruedas".
Y la otra petición genérica alude al "énfasis" del uso de los sistemas de seguridad (casco, cinturón y sillita de retención infantil), ya que, según agregó, su utilización es "sensiblemente inferior en el entorno urbano", con lo que consideró "necesario que el ayuntamiento y sus agentes de vigilancia contribuyan a la educación de la población" en este sentido.
Por otro lado, Seguí defendió que la reforma de la ley de tráfico que se está tramitando en el Parlamento permita a los policías municipales y agentes de movilidad sancionar a los conductores que cometan alguna infracción sin necesidad de pararles, sino que la multa llegará después a casa.
"Cuando un agente de movilidad está gestionando el tráfico y observa a alguien que circula sin usar el cinturón de seguridad, no puede dejar su función para perseguir al que no está usando el cinturón. Se trata de prever de un marco legal que permita la aplicación de la ley a agentes responsables de seguridad vial que en ese momento determinado no pueden hacer una acción concreta. Se trata de hacer mejor lo que se tiene que hacer", apostilló.