La banda terrorista ETA ha comunicado por carta que "cierra su ciclo histórico de 60 años" y desmantela todas sus "estructuras". El texto, fechado el 16 de abril, y remitido dos días antes del acto previsto de disolución, hace un llamamiento a la "responsabilidad de todos" ante su desaparición y "reconoce el sufrimiento provocado como consecuencia de su lucha".
En el escrito, la banda informa de que había concluido su debate interno sobre su futuro, y "daba por finalizado su ciclo histórico y su función, dando final a su recorrido". En este sentido, anuncia que ha "deshecho totalmente todas sus estructuras y da por terminada su actividad política". De esta forma, señala que su pretensión es "llevar hasta el final el proceso que comenzó en 2010", en alusión al año en el que terminaron sus atentados.
En el texto, se refería a la Conferencia de Aiete del 17 de octubre de 2011, que se celebró tres días antes del anuncio por la banda del fin de su actividad armada, para apuntar que "fue el intento de dar un fin ordenado, razonable y constructivo", pero "no tuvo recorrido", algo de lo que culpa a Francia y España. Sin embargo, asegura que, pese a ello, la banda "decidió seguir adelante, más allá de Aiete y de un hipotético proceso de negociación, Euskal Herria fue el punto de partida y el objetivo de toda su actividad".
El documento afirma que ETA quiere "hacer una aportación en el camino hacia la consecución de la paz y la libertad en Euskal Herria". "En efecto, ETA con las decisiones de estos últimos años, ha apostado, con valentía y responsabilidad, por sacudir la situación de las últimas décadas y por la construcción del futuro desde un punto de partida nuevo", indica.
"CICLO HISTORICO DE 60 AÑOS"
La banda asevera que "esta decisión cierra el ciclo histórico de 60 años de ETA", pero considera que "no supera, en cambio, el conflicto que Euskal Herria mantiene con España y con Francia". "El conflicto no comenzó con ETA y no termina con el final del recorrido de ETA", añade el texto. La organización terrorista apunta que, "a lo largo de los años, se han hecho numerosos esfuerzos para encauzar por vías racionales el conflicto político", como "sesiones formales de negociación, conversaciones secretas e innumerables propuestas". "No hemos sido capaces de llegar a acuerdos, ni entre ETA y el Gobierno, ni entre los agentes vascos. Es una responsabilidad compartida y ETA asume la parte que le corresponde", manifiesta el escrito.
La banda cree que ha habido "falta de voluntad para solucionar el conflicto y las oportunidades perdidas, entre otras, ha provocado el alargamiento del conflicto y ha multiplicado el sufrimiento de las diferentes partes".
RECONOCIMIENTO DEL "SUFRIMIENTO PROVOCADO"
En todo caso, ETA "reconoce el sufrimiento provocado como consecuencia de su lucha". Además, asegura que el País Vasco "está ahora ante una nueva oportunidad para cerrar definitivamente el ciclo de conflicto y construir su futuro entre todos". "No repitamos los errores, no dejemos que los problemas se pudran. Eso no sería más que fuente de nuevos problemas", advertía.
A su entender, "años de confrontación han dejado heridas profundas y hay que darles la cura adecuada", ya que "algunas todavía están sangrando porque el sufrimiento no es cosa del pasado". De esta forma, asevera que, por medio de esta carta "y con toda humildad", ETA les hace llegar "una última opinión", para apelar a su "responsabilidad". "Los que hemos sido militantes de ETA, por nuestra parte, queremos confirmar nuestro compromiso en embarcarnos totalmente en esa tarea, cada cual desde el lugar que considere más oportuno", concluía.