Manifestantes radicales se ocultan detrás de un contenedor |
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El juez de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón ha concluido el sumario de la causa dirigida contra los presuntos miembros de un núcleo radical de los Comités de Defensa de la República (CDR) que estaban dispuestos a usar la violencia para conseguir la independencia de Cataluña, situando con ello más cerca del juicio a los doce procesados por un presunto delito de pertenencia a organización terrorista.

En un auto del jueves, al que ha tenido acceso Europa Press, el titular del Juzgado Central de Instrucción Número 6 acuerda poner fin a sus pesquisas, "una vez practicadas las diligencias que se han reputado necesarias y útiles" y "al constatar que la instrucción sumarial ha visto cumplida su finalidad identificando a los responsables del hecho, calificando el delito y asegurando las personas y bienes que deban responder del mismo".

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A partir de ahora, García Castellón explica que "el auto de conclusión se notificará a todas las partes, emplazándoles para que comparezcan ante la audiencia o tribunal competente para conocer del juicio oral".

Fue el 14 de septiembre de 2021 cuando el instructor procesó a los trece investigados por la 'Operación Judas' por dicho delito y a nueve de ellos les imputó además tenencia, depósito y fabricación de sustancias o aparatos explosivos e inflamables de carácter terrorista. Posteriormente, archivó la causa para uno por razones médicas, por lo que el procedimiento continúa solo respecto a doce.

En el auto de procesamiento, el juez explicaba que este grupo formaba dentro de los CDR el denominado Equipo de Respuesta Táctica (ERT), una célula integrada por un núcleo radicalizado compuesto por individuos procedentes de diferentes CDR.

La creación del ERT vendría motivada por la necesidad de contar en el seno de los CDR con un grupo clandestino formado por individuos de la máxima confianza que se mostraran totalmente entregados a "la causa" para encargarles las acciones más sensibles.

Todos los investigados, señalaba García Castellón, compartían principios ideológicos y objetivo: conseguir la independencia de Cataluña, empleando para ello la violencia en su máxima expresión.

OCUPACION DEL PARLAMENT

De acuerdo con el relato judicial, los miembros del ERT habrían tenido participación activa en algunas de las acciones más contundentes que han llevado a cabo los CDR hasta la fecha, como cortar carreteras, levantar barreras de peajes o verter aceite en el tramo de la C-55 por donde debía pasar la comitiva que trasladaba a los condenados por el 'procés' desde la cárcel de Lledoners.

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También tendrían ambiciosos planes. Así, habrían asumido el encargo que habrían recibido del denominado 'CNI catalán' para que aportasen la infraestructura logística necesaria para ocupar el Parlament de Cataluña, defenderlo una vez tomado y permanecer allí al menos una semana.

Entrarían por la puerta principal, porque supuestamente se les facilitaría el acceso desde el interior, y se comunicarían con el exterior mediante una red de telecomunicaciones indetectable que configurarían ellos mismos.

Junto a un reducido grupo de personas, cooperarían con el 'CNI catalán' para alquilar las casas y los locales que les permitirían establecer bases de "intendencia", montando antenas de larga distancia para dicha red de telecomunicaciones. Todo ello con un presupuesto de unos 6.000 euros.

De esta forma, los doce procesados, aprovechándose de los contactos propiciados por su militancia en los CDR, "se constituyeron en una célula que elevaba la intensidad y la naturaleza de las acciones llevadas a cabo, a un nivel superior".

PREPARABAN ATENTADOS CON EXPLOSIVOS

El juez subrayaba que habrían superado los CDR hasta configurar "una organización terrorista paralela, de carácter clandestino y estable, cuyo objetivo sería el de llevar a cabo acciones violentas o atentados contra objetivos previamente seleccionados utilizando para ello los explosivos y/o sustancias incendiarias fabricados en los dos laboratorios clandestinos que la propia organización tenía instalados en dos domicilios particulares".

Además del Parlament, tenían en el punto de mira otros objetivos. Habían hecho vigilancias, fotografías y vídeos de diversas instalaciones, entre las que el instructor menciona la Comandancia Naval, el Gobierno Militar y la Delegación de Gobierno de Barcelona y la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.

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García Castellón prestaba especial atención al reconocimiento del perímetro del acuartelamiento de la Comandancia de la Guardia Civil de Barcelona, sito en el municipio de San Andreu de la Barca.

Asimismo, destacaba que habrían realizado diferentes búsquedas en Internet a través de sus dispositivos de datos relativos a personas vinculadas a partidos políticos contrarios a la independencia y de un agente de los Mossos d'Esquadra.