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La campaña electoral catalana pasará a la historia de la comunicación por haberse convertido en banco de pruebas de las posibilidades que las nuevas tecnologías pueden ofrecer a algo tan antiguo como la política: los fundamentos no cambian, pero las herramientas evolucionan a velocidad de vértigo.

Para el asesor de comunicación Antoni Gutiérrez-Rubí, la carrera hacia el 28-N sólo ha sido un "test" del potencial que puede tener la red para la difusión y elaboración de los mensajes políticos.

A su juicio, lo que algunos erigen ya como "la campaña 2.0" ha sido tan solo una "tentativa" que se ha basado más bien en comenzar a usar las herramientas digitales, pero de manera todavía analógica: queda pendiente el reto de convertir los mensajes unidireccionales de los partidos en verdadero "feedback" (retroalimentación) con los ciudadanos.

VÍDEOPOLÍTICA

Las redes sociales, como "facebook" o "twitter", y lo que los expertos acuñan como "videopolítica" han entrado en campaña con las autonómicas catalanas y han llegado, en palabras de Gutiérrez-Rubí, "para quedarse", aunque este experto esgrime que los partidos deben dar el salto de la "experimentación parcial" a situar las nuevas tecnologías en el centro de la estrategia política.

El profesor de márketing de Esade y consultor de redes sociales, Marc Cortés, considera que este salto sólo se podrá alcanzar cuando los partidos entiendan que no es suficiente con hacer también en Internet "la política de toda la vida", sino que deben aprovechar y recoger el debate que se genera en la red para adaptar y alimentar sus mensajes.

No obstante, Cortés ve un avance notable entre el uso de las nuevas tecnologías en las autonómicas catalanas frente al que en su opinión fue el primer borrador de la estrategia política digital, las elecciones al Parlamento Europeo de 2009, donde se hicieron pruebas "bastante desastrosas" ya que se crearon perfiles (páginas personales) en las redes sociales que terminaron por eliminarse pasados los comicios.

CONTINUIDAD = CREDIBILIDAD

La "continuidad" es, por tanto, clave para que las campañas digitales sean creíbles, de manera que, como argumenta Cortés, si se hubiera repetido el esquema de los comicios europeos, en el que se concentró la actividad digital de los partidos en tan sólo quince días, se habría restado veracidad a la estrategia política en la red.

Ambos expertos coinciden en que la campaña autonómica catalana "ha abierto un camino" que se verá continuado en próximos comicios, especialmente en la red social Twitter de mensajes cortos y en la "videopolítica", de forma que los 'spots', que tanta polvareda han levantado en esta carrera electoral, pasarán a ser un medio más y fundamental de las futuras estrategias de los partidos.

Los vídeos, sostiene Cortés, sirven para "ocupar un espacio" a través del recurso a contenidos potentes, y en este sentido, como apunta Gutiérrez-Rubí, se trata de una herramienta "a explorar".

Para él, será quien "entienda mejor este medio el que le saque mayor partido", otra cosa es, advierten Gutiérrez-Rubí y Cortés, que esa "llamada de atención" se traduzca directamente en una mayor participación o sirva de manera efectiva para decantar el voto.