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El exvicesecretario del PP valenciano David Serra ha declarado hoy en el juicio de Gürtel que su superior, el entonces secretario general Ricardo Costa, "era el responsable de la contratación" de los actos electorales del partido a la trama y quien autorizaba los pagos.

"Me imagino que Orange Market facturaría los actos. Se haría un control de los que se habían hecho y una vez hecha la factura se daría la orden por parte del secretario general del partido", ha explicado Serra en su declaración como acusado en el juicio a la rama valenciana de Gürtel, que se ha reanudado hoy la Audiencia Nacional.

Sin embargo, Serra, que ha precisado que no tuvo responsabilidades en el partido hasta septiembre de 2007 (cuando ya se habían celebrado las elecciones autonómicas y municipales), ha sido tajante en relación a los supuestos pagos en negro presuntamente realizados por el partido a la Gürtel: "Jamás me dijo a mi el señor Costa que había pagos en b".

Y ha asegurado además que "jamás" ha pagado o recibido dinero "en efectivo". Ha reconocido que él también autorizó algunos pagos a Orange Market -filial de la Gürtel en Valencia- en caso de que el entonces secretario general no estuviese presente y siempre si estaban autorizados por él porque tenía "plena confianza con la gente que lleva trabajando 20 años en la organización".

Pero ha apuntado que su obligación no era "el control de esos pagos" y que era "absolutamente normal" autorizar el abono de facturas para que no se quedasen bloqueadas, si bien ha especificado que "prácticamente no ha visto ninguna o casi ninguna" de Orange Market.

Cuando se incorporó al comité ejecutivo del partido regional, ha continuado Serra, Álvaro Pérez, El Bigotes (responsable de Orange Market), ya trabajaba para la formación y ha dicho que su "misión" como vicesecretario general era la de "gestionar la movilización" de los actos y la "dirección de recursos humanos" pero no intervenía "en nada de la contratación" de los actos.

De eso se encargaba, según la versión de Serra, "el señor Costa", que tenía "una relación muy estrecha" con El Bigotes y era él quien le hacía los encargos de actos electorales, aunque no cree que se dedicase "a contar plasmas o metros de moqueta". Serra, que se enfrenta a una petición fiscal de 7 años y 9 meses de cárcel, ha señalado que "Costa tenía una adicción al trabajo total y estimulaba la vida política también los fines de semana", lo que generaba "tensiones" entre los miembros del partido.