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El exconsejero de Caja Madrid y exsecretario de Estado Estanislao Rodríguez Ponga ha dicho que su tarjeta de la entidad era una "remuneración en concepto de gastos de representación", que como tal no era necesario justificar y que dependía enteramente de la Presidencia de la caja.

A preguntas del fiscal Anticorrupción Alejandro Luzón, Rodríguez Ponga ha indicado que en ningún momento tuvo que justificar los gastos efectuados porque, de acuerdo con la ley que rige el IRPF, este tipo de "remuneraciones en concepto de gastos de representación" no es preciso detallarla, máxime cuando la tarjeta tenia un límite máximo anual (25.000 euros) que no se podía sobrepasar.

En caso de superarlo, ha aclarado, ya no era Caja Madrid la que se hacía cargo de esa diferencia, sino el beneficiario de la tarjeta, con la que en total gastó 255.400 euros. Sobre este límite, ha explicado al fiscal que se trataba "de la forma de movilizar esta remuneración" y ha reconocido que "en algún momento" pidió subirlo, aunque "siempre dentro del máximo anual" de los 25.000 euros.

"Siempre a fin de año solicitaba información de cuánto me quedaba para agotarlo, ya que si no lo gastaba lo perdía", ha relatado Rodríguez-Ponga a la sala, tras exponer que cuando llegó al consejo, admitió que el sistema de las tarjetas, en marcha desde hacía 18 años, "funcionaba así y que lo único que se podía conocer era el saldo, no los movimientos".

Una vez al año recibía el correspondiente certificado de retenciones del IRPF, que comprendía su remuneración total sin desglosar y que coincidía con los datos facilitados por Hacienda. Rodríguez Ponga ha negado validez a las hojas de excel que Bankia ha entregado al tribunal detallando los gastos efectuados por él y por el resto de acusados, ya que considera que se trata de un documento sin certificar, sin membrete y que no ofrece garantías de veracidad.

Por eso, no reconoce los gastos que se le imputan, aunque eso no significa, ha dicho, que no los haya efectuado; sencillamente, no puede reconocer unos cargos que no van respaldados por los extractos correspondientes, extractos que obran en poder de Caja Madrid, como titular de la tarjeta, pero que no estaban disponibles para los beneficiarios como él.

Pero la tarjeta "fue siempre de Caja Madrid, nunca de Bankia, y ahora es Bankia la que saca un excel relativo a otra entidad financiera" que no le ofrece fiabilidad.

Por eso, ha relatado, que en su momento envió un burofax a Bankia y a Caja Madrid para advertir de que no reconocía el listado, siempre de acuerdo con la ley de servicios de pago, que dice que "si un cliente no reconoce una operación, es la entidad la que debe probar su existencia". También ha explicado que en ningún momento se recibió en la asesoría fiscal de la caja mientras el fue su director, consulta alguna sobre estas tarjetas, su uso y su tratamiento.

ROMERO (PSOE): LAS TARJETAS NOS EVITABAN ANTICIPAR GASTOS DE REPRESENTACIÓN

El exconsejero de Caja Madrid en representación del PSOE Antonio Romero Lázaro ha explicado en la Audiencia Nacional que su tarjeta opaca era "una clara compensación para evitarnos anticipar los gastos" de representación y que le fue entregada bajo la consigna de "no te pases ni sobrepases".

Romero Lázaro, que sólo ha respondido a las cuestiones del fiscal Alejandro Luzón y de su propia defensa, ha reiterado que la tarjeta era "de libre disposición" aunque los cargos estaban vinculados al límite anual, y que así se lo fueron comunicando los diferentes consejos de administración de la caja "durante años"

Cuestionado por el Ministerio Fiscal acerca de la naturaleza de los gastos, el exconsejero ha relatado que la actividad de representación que desarrolló "no sólo la desempeñaba de lunes a viernes sino también los fines de semana", y ha justificado que entre los 252.100 euros que se le imputan existan cargos en fiestas y otros centros de ocio.

A diferencia de su predecesor en el turno de palabra, Estanislao Rodríguez-Ponga, Romero Lázaro sí que ha reconocido alguno "ya que estaba ahí", si bien ha matizado que otros, como los vinculados a una tarjeta clonada, "sólo los podía conocer a través de los extractos" que no fueron aportados a la causa.

Concretamente, ha explicado, en enero de 2006 fueron los propios servicios de pago de Caja Madrid los que le informaron de que iban a bloquear una de ellas al registrar movimientos "desde primera hora de la mañana en Alicante, Murcia, Palma de Mallorca cuando estaba en Alcalá de Henares".

Asimismo ha aseverado que si utilizó su tarjeta después de abandonar la entidad fue porque ésta le aconsejó que agotara el saldo disponible en ella "aunque ya no trabajase allí".

VARIOS EX CONSEJEROS DICEN QUE LES INDUCÍAN A NO JUSTIFICAR LOS GASTOS

Varios de los exconsejeros que han declarado hoy en la Audiencia Nacional sobre las tarjetas opacas de Caja Madrid han coincidido al asegurar que era la propia entidad la que les inducía a no justificar los gastos, pues no era necesario. Entre ellos figuran el ex secretario general del PP de Madrid Ricardo Romero de Tejada, el exconsejero en representación del PSOE José María de la Riva o el exvicepresidente de la caja Ramón Espinar, todos los cuales han asegurado que nunca recibieron advertencia alguna sobre el uso que debían dar a las tarjetas aparte de los límites de gasto establecidos en cada caso.

Romero de Tejada ha indicado que "durante 18 años hizo uso de la tarjeta" sin ningún problema, dentro del límite establecido, y sólo en dos ocasiones le llamó el secretario general para advertirle de que había llegado al límite, con lo cual dejó de gastar hasta el siguiente periodo. El exdirigente del PP madrileño ha revelado que guardó durante algún tiempo los justificantes de gastos "por pura prudencia" y como una manera de controlar sus gastos.

Entre otros cargos, figuran revisiones de su vehículo particular, que ha explicado que se producían dado que no disponía de coche corporativo; y en total Romero de Tejada pagó con la tarjeta opaca 212.216,09 euros. De ellos, en un solo día gastó 1.339,95 euros en una instalación hípica, e hizo numerosos cargos, especialmente destinados a compra de tabaco, restaurantes, viajes y hoteles.

José María de la Riva, por su parte, ha explicado que también él guardó los justificantes durante algún tiempo pero cuando preguntó le explicaron "que no tenía que guardarlos para nada y que podría 'ejercer mi libertad' en el uso de la tarjeta". De la Riva desembolsó 208.000 euros con la tarjeta de Caja Madrid, de ellos la mayoría, debido a que por su cargo tenía muchas actividades sociales y tenía que corresponder a muchas invitaciones, en vestimenta adecuada, porque como profesor de instituto no tenía ropa al uso.

De la Riva, al igual que el resto de acusados que han declarado hoy, no reconoce la validez de las tablas de excel facilitadas por Bankia con el detalle de los gastos, porque en su opinión se trata de un documento "que no tiene nada que ver con la práctica bancaria". Además, en su caso figuran algunos cargos "inexplicables", como el aparcamiento de dos coches en el mismo aparcamiento a la misma hora o dos suscripciones a un mismo periódico, así como repostaje de gasolina en San Sebastián y Alcobendas prácticamente a la misma hora. De la Riva ha recordado que la tarjeta se le entregó en su condición de consejero y que "inherente" como era al cargo, siempre procuró hacer un uso "correcto y digno" de esa condición, cumpliendo "siempre" las instrucciones recibidas.

El que fuera vicepresidente de Caja Madrid Ramón Espinar ha repetido el argumento expuesto por el resto de acusados hoy y ha señalado que nunca guardó los justificantes porque así se le indicó, pues "no eran necesarios". Se trataba de una tarjeta de "libre disposición, que se manejaba con gran prudencia y para conceptos como vestuario, viajes, etc", por los que Espinar desembolsó 178.400 euros entre octubre de 1995 a enero de 2010.

Tampoco Espinar ha admitido la validez de las hojas de excel que enumeran los gastos efectuados, pues ha encontrado "errores de bulto", cargos que no coinciden con la realidad y que parecen haber sido encajados de forma artificial, y hasta 66 cargos que no especifican dónde se produjeron. Casi al final de su declaración, Espinar ha revelado que ha estado ahorrando muchos meses para hacer frente a la fianza exigida por el juez y, en tono contundente, ha dicho que "yo no soy un chorizo".