Feijóo, el hombre tranquilo
El viejo dicho de que de un gallego nunca sabes si baja o sube cuando te lo encuentras en una escalera no aplica en el caso de Alberto Núñez Feijóo. Es cierto que es gallego, nació en el pequeño pueblo de Os Peares, es cierto también que cuando no ha querido pronunciarse o no ha querido dar algún paso que le requerían lo ha evitado con diplomacia, centrándose en su tierra de Galicia de la que es presidente de la Xunta desde 2009 y tiene en su haber ya cuatro mayorías absolutas.
Pero también es cierto que ahora, en medio de la crisis desatada en su partido, el Partido Popular, no se ha andado por las ramas y ha sido muy claro. Está dispuesto a dar un paso adelante tras el fin de la etapa de Pablo Casado por el malhadado enfrentamiento con Isabel Díaz Ayuso.
El ‘barón entre los barones’
Feijóo ha sido el ‘primer barón’, el barón entre los barones, el primero que habló en medio del caos, la estupefacción y la confusión desatada en su partido, y el primero en señalar el camino que se debía tomar para evitar el ‘suicidio’ al que se abocaba el PP.
No ha dudado en reclamar cambios, en señalar la salida de dirigentes de la cúpula de Casado sin citarlos y en apostar por una nueva etapa que permita "desbloquear la actual situación de colapso".
"Como todos somos responsables de la situación, todos tenemos que estar a la altura de las circunstancias y tomar decisiones, y yo entre ellos. Estoy convencido de que todos tomaremos decisiones, y yo tomaré decisiones en función de lo que el partido le pida a cada uno que haga", dijo.
Y en efecto, su partido ya le ha dicho lo que quiere que haga y sin mediar una petición formal. Todos los barones populares le han apoyado para que lidere el PP y conduzca su futuro tras la marcha de Casado.
Y es que Feijóo posee el carisma que acompaña a los liderazgos naturales. Sin entrar a valorar su carisma personal, que resulta como mínimo muy alto a juzgar por su éxito en las urnas, Feijóo es un hombre tranquilo, nada estridente, con pocas aristas, con el sentido común del hombre de la calle y con el caché de una gestión juiciosa de lo público probada durante toda su carrera política.
Así que el dirigente popular gallego que lleva en la presidencia de la Xunta casi 12 años dará ahora ese paso, que muchos quisieron que diera hace tiempo, antes de ser elegido Casado. Tendrá que darlo, pese a que, en el pasado, subrayara que su compromiso “está aquí” en Galicia y que incluso pensara en no presentarse en las últimas elecciones gallegas, algo que cambió cuando se interpuso la moción de censura a Mariano Rajoy. Entonces se presentó y sacó una nueva mayoría política.
Cuando en una ocasión la oposición trataba de ponerle en la tesitura de elegir entre Galicia o Madrid, contestó así en el parlamento gallego: “Elegir entre Galicia o el partido Popular, no señoría, Galicia siempre eligió al partido Popular”.
De Galicia a Madrid
Siempre le han preguntado si daría el salto de Galicia a la política nacional y la verdad es que ha podido hacerlo al menos en cuatro ocasiones. Y hasta pudo ser ministro cuando se lo ofreció Rajoy. También Casado le hizo ofertas cuando inició su proyecto en el PP tras ser elegido en unas primarias.
Pero Feijóo, licenciado en Derecho por la Universidad de Santiago de Compostela, se ha mantenido siempre centrado en todos los puestos que ha ocupado, y han sido muchos, desde que muy joven, entrara como funcionario de la Administración autonómica, en 1985. Ha ocupado muchos cargos en Galicia y también en Madrid, en la etapa de José María Aznar, cuando el gallego José Manuel Romay Becaría fue nombrado ministro de Sanidad. Núñez Feijóo ocupó entonces el puesto de presidente de Insalud en Madrid y de 2000 a 2003 ejerció la dirección de la entidad pública estatal Correos y Telégrafos.
Cuando la oposición ha tratado de ponerle en la tesitura de elegir entre Galicia o Madrid, ha contestado así en el parlamento gallego: “Elegir entre Galicia o el partido Popular, no señoría, Galicia siempre eligió al partido Popular”.
El bálsamo, la integración y el talante
Tras la etapa de Manuel Fraga en Galicia, Feijóo se convirtió en 2006 en presidente del Partido Popular de Galicia. Ganó las primarias, pero luego apostó por integrar a su oponente, una muestra de su talante que, en las actuales aguas turbulentas de su partido, puede actuar como el bálsamo que necesita para recuperarse de la crisis y amalgamar una unidad tan añorada sin necesidad de autoritarismos. Y eso lo saben muchos en el Partido Popular.
Alberto Núñez Feijóo tiene 60 años y un hijo y su pareja es la ejecutiva Eva Cárdenas, ex directora de Zara Home. Os Peares, el lugar donde nació, que pertenece a dos provincias, Orense y Lugo, le conformó en parte el carácter, aunque salió de él pronto para estudiar Derecho en Santiago de Compostela. Su familia, como otras muchas, no era boyante económicamente y cuando su padre, Saturnino Núñez, que trabajó en la construcción, se quedó en paro, su hijo se presentó a las oposiciones a la Xunta para poder ayudar a la economía de la familia.
Lo inesperado y tan esperado
Ahí probó su condición de buen estudiante y obtuvo el número dos de la convocatoria. Ahora, este hombre que luce cierta timidez, pero también un humor confiado y cómplice con sus interlocutores no exento de ironía, este político mesurado y al que sus compañeros le ven dotado con la imagen de la sensatez, llega en esta ‘inesperada oposición’ al número uno.
Él mismo se ha definido muchas veces como “previsible”, pero en realidad tiene también la frescura de ideas que da la reflexión. Cuando decidió volverse a presentar a la Xunta en 2020 tras haber pensado en no hacerlo, explicó así su decisión tras ver la moción de censura que derribó a Rajoy: “Vi que la política en España entraba en una fase de frivolidad que no habíamos conocido en 40 años. Y que no hay un cambio de Gobierno, que no pasaría nada por ello, sino que esto es un cambio de régimen. Por eso, porque soy previsible, yo creo que vamos a ganar. Y si jugamos todo el partido hasta el último minuto, volverá a haber una mayoría absoluta”.
Lo dijo en una entrevista en La Voz de Galicia con Rubén Santamarta en febrero del 2020 cuando acababa de convocar las elecciones gallegas. Y hubo mayoría absoluta para el PP gallego. No se sabe hasta qué punto Feijóo puede o no ser previsible, pero si se puede afirmar lo que no es, y no es un hombre frívolo. Es el político más alejado de ese concepto que pueda encontrarse en el plantel político actual.
Dos amores, un destino
Y también es un buen analista “Hay un escoramiento en España que tiene riesgo de llevar a una fractura social. Lo hay hacia la izquierda, con un partido que hace cambiar hasta la política exterior; y con un Gobierno que por primera vez depende del independentismo catalán y de Bildu. Y me preocupa una fractura hacia la derecha más extrema que impide un reagrupamiento del centroderecha, que es la única salida que tiene España para finalizar un período donde el independentismo campa a sus anchas. Hay un doble riesgo”, dijo también en la citada entrevista.
Feijóo, que proviene de un pueblo con dos ríos y dos provincias, puede estar en Galicia y en Madrid y esta vez ha dado el paso. Puede que sea el futuro del PP.
{{#href}} {{ text }} {{/href}} {{^href}} {{ text }} {{/href}}
{{#href}} {{ text }} {{/href}} {{^href}} {{ text }} {{/href}}
{{/text}} {{/kicker}} {{#title}} {{#text}}{{#href}} {{ text }} {{/href}} {{^href}} {{ text }} {{/href}}
{{/text}} {{/title}}{{#href}} {{ text }} {{/href}} {{^href}} {{ text }} {{/href}}
{{#href}} {{ text }} {{/href}} {{^href}} {{ text }} {{/href}}
{{/text}} {{/kicker}} {{#title}} {{#text}}