El expresidente del Gobierno Felipe González ha expresado este martes su "enorme preocupación" por la crispación que están provocando "reaccionarios" tanto de la extrema izquierda como de la extrema derecha que puede hacer "implosionar" el marco de convivencia que estableció la Constitución de 1978 y derivar en una crisis de estado. Así lo expresa en una conversación con Juventudes Socialistas de España difundida por la Fundación Felipe González, donde considera que el país arrastra una crisis política desde la irrupción en el Parlamento de los nuevos partidos como Unidas Podemos y Ciudadanos en 2015.
Para el expresidente, esta crispación es "la peor" que él ha vivido, incluso mayor de la que se dio en la crisis de 1993. "Hay que sacarse los cuchillos de la boca para respetar al otro. Ahora oigo llamar fascista a todo el mundo, incluso a compañeros cuando no se coincide con ellos", se ha quejado.
González ha avisado asimismo de aquellos que, en su opinión, buscan "implosionar" la Constitución de 1978 "por el mero hecho de querer volver a un pasado que ya mostró sucesivos fracasos" y se ha mostrado partidario de la propuesta que el PSOE, en tiempos de Alfredo Pérez Rubalcaba, planteó en su Declaración de Granada para reformar la Constitución en el sentido de avanzar hacia una mayor federalización. En su opinión, lo importante en esa reforma constitucional es que "hay que garantizar la lealtad institucional", porque si no "la descentralización política se convierte en centrifugación, en reinos de taifas sin lealtades institucionales".
González asume que en la actualidad, en medio de la crisis que ha provocado el coronavirus, será muy difícil alcanzar grandes consensos que permitiesen reformar la Constitución para garantizar otros 30 años de prosperidad al país.