Don Felipe celebró en privado su 48 cumpleaños, que coincide con el XXX aniversario de su jura de la Constitución como Príncipe y que tiene lugar en un momento clave de su papel como jefe del Estado, volcado en una inédita segunda ronda de consultas para designar candidato a la Presidencia del Gobierno.
Cuando se cumplen 30 años desde que el entonces Príncipe de Asturias jurase la Carta Magna ante las Cortes, Felipe VI desempeña estos días un papel decisivo en el proceso abierto tras las últimas elecciones generales, ya que le corresponde proponer un candidato a la jefatura del Ejecutivo que se someta al pleno de investidura del Congreso en un escenario sin mayorías claras para formar gobierno.
Además, se da la circunstancia de que la mayor parte de los portavoces de 14 formaciones políticas a los que ha recibido en su despacho desde que comenzó la primera serie de consultas parlamentarias son partidarios de aplicar reformas en aquel texto constitucional de 1978 al que él prestó juramento el día que alcanzó la mayoría de edad.
La compleja aritmética parlamentaria derivada de los resultados electorales del 20 de diciembre y las dificultades para conformar mayorías de gobierno ha hecho coincidir este doble aniversario -personal y político- con el eje de una decisiva segunda ronda de contactos, que culminará entre el lunes y el martes con los líderes de los cuatro principales partidos.
Hoy mismo se reúne un Comité Federal del PSOE clave para las aspiraciones de Pedro Sánchez, cuyo resultado influirá en la capacidad de recabar apoyos ante una eventual investidura que pueda presentar el líder socialista al Rey, tras la decisión de Mariano Rajoy de rehusar hace una semana el ofrecimiento del Monarca para ser candidato a la Presidencia del Gobierno.
Así, la importancia del papel de Felipe VI vuelve a quedar de relieve por segunda vez el día de su aniversario en el contexto de un proceso político particularmente complejo, después de que el 30 de enero de 2015, fecha de su primer cumpleaños como jefe de Estado, representara a España en la cumbre de la Unión Africana celebrada en Etiopía.
Muy lejos queda ya aquel día de 1986 en que alcanzó la mayoría de edad y prestó juramento ante las Cortes, a partir del cual combinó los estudios universitarios en España, complementados con un máster en Washington, y una formación militar exhaustiva en las tres armas del Ejército, a la que pronto se sumó un conocimiento directo de las más diversas instituciones públicas españolas y europeas.
Un segundo periodo en esa trayectoria comenzó en 1996 con la progresiva asunción de funciones propias del Heredero de la Corona, entre ellas la representación de España en la toma de posesión de presidentes iberoamericanos y visitas oficiales a las Comunidades Autónomas.
El enlace matrimonial con doña Letizia en 2004 dio paso a su última etapa como Príncipe, un intenso periodo de diez años centrado en sus funciones de Heredero, con familia propia y una continuidad institucional asegurada, durante el que asumió actividades oficiales a un ritmo creciente hasta alcanzar la "velocidad de crucero" con la que tomó el relevo de don Juan Carlos en la jefatura del Estado.