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Con tres incendios forestales aún activos, dos en la provincia de Ourense y uno en la de Lugo, los montes gallegos recuperan poco a poco la normalidad tras una devastadora semana en la que las llamas han arrasado unas 7.000 hectáreas.

Los focos de fuego se han repartido por las cuatro provincias gallegas, pero ha sido el sur de Pontevedra y la península del Barbanza, en A Coruña, las zonas más afectadas y en donde ha ardido la mayor parte de la superficie.

Las llamas han calmado su acometida pero en muchas zonas de Galicia tanto los miembros de los equipos de extinción de incendios como muchas personas a título particular trabajan para apagar las últimas llamaradas y enfriar las zonas calcinadas.

Varias viviendas han sido evacuadas por la proximidad de las llamas y los clientes de un cámping del municipio coruñés de Ribeira fue también desalojado como medida preventiva debido a la intensa humareda.

También el sol parece brillar hoy en Galicia con mayor luminosidad después de que en jornadas pasadas el humo que se elevaba de los incendios ensombrecía muchas zonas de la comunidad autónoma.

El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, ha afirmado hoy, sobre esta ola de incendios, que "hacer daño es fácil" pero "reparar todo el daño cuesta mucho".

En declaraciones a los periodistas tras finalizar su paseo matutino por la Ruta del Agua y la Piedra en la zona donde descansa estos días en la provincia de Pontevedra, indicó que ha hablado con el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y ha dicho que es imprescindible "luchar con eficacia y que no se produzca más" una situación similar.

"Ha habido algunos detenidos y estamos haciendo todo lo que se puede, pero es muy difícil porque hacer daño es fácil, basta una persona o dos con ganas de hacerlo, pero reparar todo el daño cuesta mucho y hay gente que se juega incluso la vida", ha finalizado.

Desde el Gobierno de la Comunidad autónoma también la conselleira del Medio Rural, Ángeles Vázquez, ha calificado la situación de actividad incendiaria "anormal".

La localización en el monte de algunos artefactos incendiarios da prueba de la intencionalidad que parece estar detrás del fuego.

El titular del Juzgado de Instrucción número 1 de A Coruña envió ayer a prisión sin fianza a una vecina de Cerceda (A Coruña) a la que se le atribuyen 15 incendios y otros siete en grado de tentativa.

En libertad, pero con la obligación de comparecer cada quince días en el juzgado mientras se instruye el caso, ha quedado un hombre por haber provocado presuntamente un incendio que quemó cien hectáreas en el municipio coruñés de Vimianzo.

Desde el pasado lunes, fecha en que comenzaron los primeros focos, hasta hoy domingo, han ardido en torno a 7.000 hectáreas en Galicia, algo más del 90 % de la superficie quemada en lo que va de año, próxima a las 9.000 hectáreas.

El municipio pontevedrés de Arbo ha sido el que se ha visto más afectado por esta oleada de incendios con casi 1.600 hectáreas arrasadas.

El fuego también se ha cebado con algunas zonas de la península coruñesa del Barbanza, entre las rías de Arousa y de Muros y Noia, donde las llamas han destruido en torno a 1.000 hectáreas en Porto do Son, otras 1.000 en el término municipal de Santiago de Compostela, y casi 450 en Cualedro (Ourense).

El Gobierno gallego pondrá en marcha en este mismo mes los créditos y procedimientos necesarios para indemnizar a las personas que hayan sufrido daños debido al fuego.

Además, la Consellería del Medio Rural trabaja en un plan de prevención ante una posible pérdida de suelo en zonas afectadas por incendios forestales.

Este departamento también trabajará conjuntamente con la Consellería del Mar para evaluar aquellas zonas más sensibles en cuanto a la posible incidencia del arrastre de tierras en los bancos marisqueros.

Medio Rural ya ha desarrollado en algunas ocasiones la técnica denominada "mulching", consistente en proteger el suelo afectado por los incendios cubriéndolo con un material, principalmente paja, para protegerlo de la erosión.