El Gobierno espera que Puigdemont diga que no ha declarado la independencia
No se aplicarían las medidas del artículo 155 y se volvería al escenario anterior al pleno del Parlament de los días 6 y 7 de septiembre
Cataluña monopolizó la atención en la multitudinaria recepción de los Reyes en el Día de la Fiesta Nacional
El Gobierno considera que si el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, responde a su requerimiento afirmando que no ha declarado la independencia de Cataluña eso supondría que el Gobierno no aplicaría las medidas del artículo 155 y se volvería al escenario anterior al pleno del Parlament de los días 6 y 7 de septiembre, en los que se aprobaron las leyes de referéndum y de transitoriedad -suspendidas por el Tribunal Constitucional.
Así lo han señalado fuentes del Ejecutivo durante la tradicional recepción en el Palacio Real ofrecida por los Reyes con motivo de la Fiesta Nacional. Si Puigdemont afirma que no ha declarado la independencia, no se activaría la siguiente fase del artículo 155 de la Constitución. Este artículo, que requiere la aprobación del Senado, permite al Gobierno dar instrucciones a las autoridades de una comunidad autónoma para que ésta cumpla sus obligaciones constitucionales.
UNA RESPUESTA CLARA
Eso sí, las mismas fuentes han subrayado que la respuesta del presidente catalán tiene que ser clara. El propio requerimiento señala que si no hay respuesta se entenderá como una confirmación de que se ha declarado la independencia.
Las fuentes también han admitido que hay interpretaciones diferentes sobre si lo que hizo Puigdemont el martes por la tarde en el Parlament fue o no una declaración de independencia. El 'president' dijo que asumía "el mandato" de convertir a Cataluña en un Estado independiente para luego pedir al Parlament que suspendiese los efectos de la declaración de independencia, sin que éste llegase a votar nada. Luego los diputados de Junts pel Sí y la CUP firmaron un texto que hablaba de la constitución de una república catalana, pero en una sala anexa.
"GRAN OPORTUNIDAD PARA DEJAR DE JUGAR CON TODOS"
En todo caso, las mismas fuentes consideran que Puigdemont tiene "una gran oportunidad" para "dejar de jugar con todo el mundo", ahora que "la pelota está en su tejado". Puigdemont tiene hasta el lunes para responder al requerimiento del Gobierno que, con ese paso, ha puesto en marcha la aplicación del artículo 155. El Gobierno le da un segundo plazo de otros tres días para que rectifique, es decir, hasta el jueves por la mañana.
Si fuese necesario aplicar el 155 el Gobierno tendría que pedir autorización al Senado y para eso podría celebrarse un Consejo de Ministros el mismo jueves. No obstante, otras fuentes gubernamentales apuntan que aunque se pongan en marcha los plazos no tiene por qué ser con inmediatez. En todo caso, por el momento el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, mantiene en su agenda el Consejo Europeo de los próximos jueves y viernes.
Las fuentes consultadas también explican que el Gobierno ha tratado de ofrecer seriedad y claridad, y no dejar que todo siga en una nebulosa, y valoran el acuerdo con la oposición porque transmite estabilidad. Además, han respondido a la insistencia de Puigdemont en buscar mediadores que no hay mejor mediación que la del Congreso Diputados.
El compás de espera hasta que Puigdemont dé su respuesta, y cierta sensación de no estar ya tan al borde del precipicio han marcado las conversaciones informales durante la tradicional recepción del 12 de octubre, aunque todos los responsables y exresponsables políticos han afirmado seguir muy preocupados por la situación.
SÁNCHEZ: DEPENDE DE LA RESPUESTA DE PUIGDEMONT
Para el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, no es evidente aún que vayan a aplicarse las medidas del 155, puesto que todo dependerá de la respuesta de Puigdemont. Eso sí, él mismo dice que hasta ahora el presidente catalán parece ser el único empeñado en que se aplique, además del presidente de Ciudadanos, Albert Rivera. Sánchez cree que lo mejor sería que todo desembocase en unas elecciones, pero lo ideal sería que las convocase Puigdemont.
Rivera, por su parte, se mostraba convencido de que el 'president' no dará un paso atrás, todo lo más tratará de "chantajear" y buscar algún privilegio. En su opinión, si el Gobierno termina por no aplicar el 155 enfadará a los ciudadanos.
Y mientras Pedro Sánchez saludaba que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, haya asumido la necesidad de actualizar la Constitución, Rivera advertía de que el PSOE quiere la "nación de naciones" y una reforma para contentar a los nacionalistas, no a todos los españoles. Rivera sí cree que la situación sigue al borde del precipicio y que si la independencia no se ha declarado es por la presión que han ejercido las empresas dejando Cataluña.
SIN RAJOY NI COSPEDAL POR EL ACCIDENTE DEL EUROFIGHTER
La cita también ha estado marcada por la ausencia del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y de la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, que nada más saludar a los Reyes se han desplazado a la base de los Llanos (Albacete), donde se ha estrellado un caza que regresaba del desfile de la Fiesta Nacional, causando el fallecimiento del piloto. Sí han estado todos los demás ministros, con la excepción del titular de Economía, Luis de Guindos, de viaje en Washington.
A la recepción, igual que al desfile anterior, no han asistido los presidentes autonómicos nacionalistas: ni el lehendakari Iñigo Urkullu, ni la navarra Uxue Barkos ni el propio Puigdemont. Varios de los asistentes han mostrado su acuerdo con esta decisión de Rajoy de activar el 155 con un requerimiento a Puigdemont fijando un plazo no demasiado corto. El expresidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero cree que ha sido una respuesta "inteligente". Eso sí, también opina que sería deseable no tener que aplicar el resto del artículo y constata que el problema será largo y hay que estar preparados para ello.
DESAFÍO INDEPENDENTISTA
El desafío independentista ha centrado hoy el foco de atención de la tradicional recepción que los Reyes han ofrecido en el Palacio Real con motivo del Día de la Fiesta Nacional, que ha contado con más invitados que en años anteriores ante la trascendencia del momento que vive el país.
Más de 1.500 personas, entre autoridades del Estado, representantes políticos, empresarios, embajadores y miembros de otros ámbitos, han acudido al saludo con don Felipe y doña Letizia y al posterior vino español ofrecido en el comedor de gala del palacio. La recepción ha arrancado al poco de que se tuviera noticia del accidente sufrido por un avión de combate Eurofighter en su base de Albacete, cuando regresaba del desfile militar presidido por los Reyes en el madrileño Paseo de la Castellana, que ha costado la vida al piloto, el capitán del Ejército del Aire Borja Aybar.
Al empezar los saludos, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y la ministra María Dolores de Cospedal se han detenido un momento ante los Reyes para trasladarle algún detalle de lo ocurrido, mientras don Felipe expresaba su pesar a la titular de Defensa. Rajoy y Cospedal no han participado en la recepción ya que se han trasladado inmediatamente a la base aérea de Los Llanos (Albacete), escenario de lo que Felipe VI ha definido como "una gran tragedia" ante los periodistas que asistían a esta cita anual en el Palacio Real.
TODOS LOS POLÍTICOS DE TODAS LAS FUERZAS POLÍTICAS
La mayor afluencia de invitados, a la que ha contribuido el deseo de muchos de ellos de expresar su apoyo frente a la amenaza de secesión, y el interés de los Reyes por atender los testimonios de todos ellos, ha prolongado la línea de saludos hasta una duración total de cerca de hora y media.
El protocolo de la Casa del Rey ha introducido incluso dos pausas en esta bienvenida para facilitar la distribución de tantos invitados en el comedor de gala del palacio y en diversos espacios anexos. En el desfile de saludos a los Reyes ha destacado la afluencia de exministros socialistas, más de una veintena, así como los expresidentes de Gobierno Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, que han acudido de común acuerdo para hacer visible su apoyo conjunto.
Fue Rosa Conde, portavoz del Gobierno con González, quien se encargó de coordinar telefónicamente esta afluencia conjunta al Palacio Real, según comentaba la exministra Trinidad Jiménez a los Reyes durante la recepción, en presencia del exvicepresidente Alfonso Guerra.
"Hemos venido todos los del 78", explicaba sonriente Jiménez a don Felipe y doña Letizia para poner de manifiesto que a los socialistas presentes les unía su defensa del espíritu constitucional, comentario que Guerra apostilló con ironía: "Ya les gustaría...". La mayoría de ellos han procurado agruparse para entrar juntos en el Salón del Trono, donde todos los invitados recibían el saludo de los Reyes, con quienes han tenido ocasión de departir en el comedor de gala.
Alfredo Pérez Rubalcaba, María Teresa Fernández de la Vega, Elena Salgado, Miguel Ángel Moratinos, José Montilla, Ángel Gabilondo, Mariano Fernández Bermejo y Cristina Narbona figuraban entre los más conocidos exministros socialistas que han asistido a la cita con los Reyes, junto a los veteranos Javier Solana, Enrique Múgica, Carlos Solchaga, José Borrell, Abel Caballero y José Luis Corcuera.
GRANDES EMPRESARIOS
La encrucijada catalana ha acaparado la inmensa mayoría de los corrillos de la recepción entre políticos, empresarios y periodistas, estos últimos especialmente atentos a qué directivos habían respondido a la cita con los Reyes, en un contexto marcado por la fuga de sedes sociales de grandes empresas desde Cataluña hacia otros puntos de España.
Entre quienes han querido estar hoy presentes destacaban el presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu, y el del Grupo Planeta, Josep Creuheras, dos de las compañías que han mudado su sede.
A ellos se han unido otros empresarios catalanes, como el presidente de la Cámara de Comercio de España y de Freixenet, José Luis Bonet, y el vicepresidente de la CEOE, Joaquim Gay de Montellá, y directivos como el de Telefónica, José María Álvarez-Pallete; el de Inditex, Pablo Isla; o el de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán.
Como en años anteriores, han declinado la invitación a la convocatoria del 12 de octubre los presidentes de Cataluña, el País Vasco y Navarra, que en esta ocasión han sido los únicos representantes autonómicos ausentes, y también ha mantenido su tradición de no acudir el líder de Podemos, Pablo Iglesias.
A la recepción, algunos se han presentado con sus parejas, como Rajoy, Rivera y la presidenta andaluza, Susana Díaz, mientras que otros lo han hecho en solitario, como el caso de Pedro Sánchez.
El líder socialista, que ha ido sin corbata, regresaba al Palacio Real después de que el año pasado se quedara sin invitación al verse obligado a dimitir dos semanas antes.
La recepción ha dejado otros detalles, como el cariñoso saludo que los Reyes han brindado al exbanquero Francisco Luzón, que ha ido en silla de ruedas por estar enfermo de ELA.
Entre los invitados también han estado familiares de Ignacio Echeverría, el joven asesinado en Londres cuando intentaba socorrer a un policía británico en el ataque yihadista del pasado 3 de junio.
Además de algunos atuendos típicos de algunos embajadores de otros países, lo más llamativo ha sido el bolso estampado con la bandera española, con sus iniciales, que ha portado la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes.
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