El fiscal Anticorrupción Pedro Horrach ha asegurado ante el tribunal que juzga el caso Nóos que la acusación de Manos Limpias hacia la infanta Cristina supone dos años de tiempo perdido porque "era y es una sospecha infundada" que considera "desquiciada por algunos medios de comunicación".
En su alegato final ante el tribunal que juzga el caso Nóos, el fiscal ha reiterado la posición que mantiene desde el inicio del proceso, en el que no acusa a la infanta de ningún delito.
REPROCHES A MANOS LIMPIAS
Tras reprochar a Manos Limpias la saturación de "elementos ornamentales" de su escrito de acusación, en el que se sostiene el procesamiento de la hermana del Rey, Horrach ha asegurado que le provoca "asombro" su actuación y, parafraseando a Emile Zola ha exclamado: "¡Cuánta vaciedad!".
"Cristina de Borbón es infanta de España, crimen. Es licenciada en Ciencias Políticas y Trabaja en la Caixa, crimen. En los registros domiciliarios no se hallan papeles comprometedores, crimen. En una ocasión visitó la sede del Instituto Nóos para recoger a su marido, crimen. Constituyó una sociedad junto a su cónyuge, crimen. Ni un solo testigo habla en su contra, crimen. No se turba ante las preguntas del instructor, crimen. Todo crimen, siempre crimen", ha proclamado el fiscal.
"Dos años de pérdida de tiempo -ha continuado enfático- enredados en los arrabales de lo que era y es una sospecha infundada, alentada y desquiciada por algunos medios de comunicación".
SOBRE LA INFANTA
Según Horrach, "la conducta que se atribuye a doña Cristina de Borbón no constituye infracción penal alguna", porque "el principio de legalidad impide que un hecho que no es ilícito en el ámbito administrativo se convierta en ilícito penal cuando se traslada al procedimiento penal".
Para reforzar su argumento respecto a la falta de implicación de la infanta en los presuntos delitos de su esposo, Iñaki Urdangarin, a través de la empresa común, Aizoon, el acusador público ha citado dos sentencias absolutorias sobre supuestos similares de las dos secciones penales de la Audiencia de Palma.
Horrach se ha referido también a la esposa de Diego Torres, Ana María Tejeiro, para quien pide una condena de dos años de prisión por un presunto delito de blanqueo de capitales y ha señalado al respecto que la comisión rogatoria solicitada a Luxemburgo, donde se hallaron fondos del matrimonio, es una prueba inequívoca.
Ha apuntado que "las actuaciones dirigidas a la ocultación de fondos de procedencia ilícita" las iniciaron una vez que Torres ya había declarado por primera vez ante el juzgado de Instrucción número 3 durante la instrucción de esta causa, circunstancia que, en opinión del fiscal, "descarta la ignorancia al respecto de Tejeiro".
Sin embargo la exculpa del posible delito fiscal de su esposo, ya que considera que en el Instituto Nóos Tejeiro ejercía funciones propias de un auxiliar y era una mera asistente tanto de Torres como de Iñaki Urdangarin, y "para algunos empleados era sencillamente la mujer del jefe".
Aunque hacía entrevistas para contratar a auxiliares, su propio marido le atribuye funciones totalmente colaterales y nadie le atribuye función directiva y poder de decisión alguno, ha insistido.