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La rebaja del IRPF que se aplicará con efectos retroactivos desde el 1 de julio podría suponer bajadas de entre uno y dos puntos en los diferentes tramos que contempla el impuesto de la renta y que se situarían en un mínimo del 19% y en un máximo del 45% en el segundo semestre de 2015.

Según contempla la rebaja fiscal prevista en un principio para 2016 los tramos que se aplicarían a partir del pasado 1 de julio son del 19%, del 24%, 30%, 37 % y 45%.

Teniendo en cuenta estos tramos, entre julio y diciembre de este año, a un salario bruto de 12.450 euros anuales se le tendría que aplicar una retención del 19%, frente al 20% que se le habría aplicado en el primer semestre del año, mientras que a un salario de 20.200 euros le correspondería un IPRF del 24% frente al 25% aplicado en los primeros seis meses.

A partir de salarios brutos anuales de 34.000 euros la retención tendría que ser del 30% frente al 31% precedente, y hasta los 60.000 euros se le aplicarían retenciones del 37% en vez del 39% retenido entre enero y junio.

Para los ingresos superiores a los 60.000 euros anuales, las retenciones pasarían del 47% de la primera parte del año al 45% en la segunda. Sin embargo estos cálculos están hechos según los tramos que anunció el Gobierno en el IRPF de 2016 y podrían sufrir algún tipo de variación.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha anunciado que con el adelanto de esta rebaja fiscal los contribuyentes podrían disponer de unos 1.500 millones de euros más este año.

Por otra parte, la reforma del IRPF que entró en vigor el 1 de enero de este año contempla que los que declaren menos de 12.000 euros al año no pagan este impuesto y que el 72% de los contribuyentes, que son los que declaran menos de 24.000 euros, vean reducida su tributación alrededor del 23,5%, mientras que esa rebaja será del 19,3 % para los contribuyentes con una renta menor a 30.000 euros.

En conjunto, el Ejecutivo considera que la reforma devolverá 9.000 millones a los bolsillos de los contribuyentes entre 2015 y 2016 y repercutirá en un alza del PIB del 0,17% en 2015 y del 0,30% en 2016.

Estima que el coste recaudatorio de las modificaciones introducidas por la reforma fiscal en el IRPF ascendería a 5.981 millones de euros y en el impuesto sobre la renta de no residentes (IRNR) a 110 millones, lo que suma un total de 6.091 millones de euros.

No obstante, habría que tener en cuenta el impacto que también supondrá extender a todos los autónomos el tipo de retención del 15% en el IRPF que hasta ahora sólo se aplicaba a aquellos con rendimientos inferiores a 15.000 euros.