IU decide por 28 votos frente a 19 dar el Gobierno en Extremadura al PP
El consejo político de IU de Extremadura ha decidido permitir al Partido Popular gobernar en Extremadura. Con 28 votos a favor y 19 en contra, la coalición se abstendrá en la investidura y dará la presidencia de la Junta a José Antonio Monago. Pese a las presiones de la dirección regional y de la federal, el voto de las bases ha prevalecido.
La reunión comenzó en torno a las 11.00 de la mañana bajo un ambiente de tensión. En estos momentos el debate es muy intenso y se prevé muy largo. El coordinador regional, Pedro Escobar, ya ha expresado que cree que la opción menos mala es apoyar la investidura de un presidente socialista aunque ha mostrado su respeto a la opinión de las bases, contraria a esta idea.
Mucho más vehemente ha sido el coordinador nacional, Cayo Lara, pidiendo a sus compañeros que voten por la investidura del PSOE. Tan intenso ha sido su discurso, que algunos dirigentes que apuestan por la abstención han salido de la sala a gritos, molestos por ese planteamiento contrario al propuesto por los militantes. El debate continúa, más de 30 dirigentes han pedido la palabra en una sesión que terminará con un voto secreto y en la que también hablarán caras conocidas como el eurodiputado Willy Meyer, que ha viajado a Mérida para convencer a la cúpula extremeña de que hay que apoyar a los socialistas.
Víctor Casco, diputado autonómico como Pedro Escobar, ha defendido en rueda de prensa el apoyo al socialista Fernández Vara. "Lo menos digerible para los votantes de IU a largo plazo sería la abstención y dar el poder al PP", ha declarado. Casco también ha recalcado que "todos [los diputados] deben asumir lo que el consejo político decida", refiriéndose al tercer diputado, Alejandro Nogales, partidario de la abstención, lo que causaría un empate entre el PP y el PSOE en la investidura que obligaría a repetir las elecciones. "En política la mejor forma de mandar es obedecer. Es un consejo de Ernesto Che Guevara", ha dicho Casco.
En la jornada de ayer, casi 10 horas de una intensísima reunión le costó a Lara y a tres de sus hombres venidos desde Madrid tratar de dar la vuelta a un dato muy preocupante para sus intereses. El 70% de los militantes de IU, dato que se reduce a 55% con una ponderación por importancia de las asambleas -más peso la que obtuvo más votos en las elecciones, esto es más las ciudades que los pueblos-, ha votado a favor de dejar que el PP se haga con el poder en Extremadura. El odio al PSOE por sus agravios cuando tenía mayoría absoluta ha podido más que nada entre las bases de la coalición.
Ese voto no es vinculante y, después de esas 10 horas encerrados en un minúsculo primer piso del centro de Mérida, sede de IU regional, la dirección nacional cree que la tortilla está girando, pero aún queda trabajo e incógnitas. La reunión mostró la clara división, casi a la mitad, entre la cúpula de IU Extremadura -17 miembros-, preludio de lo que puede pasar hoy en la dirección ampliada. Pero Lara logró un aparente éxito que facilita las cosas para él aunque no garantiza nada: el coordinador, Pedro Escobar, planteará hoy que, con reservas dada la dificultad de la decisión, él apuesta por apoyar la investidura del socialista Guillermo Fernández Vara porque cree que es la posición que menos daño hace a IU. Entre los que insisten en la abstención para dejar paso al PP está uno de los tres diputados, Alejandro Nogales, presente en la reunión, aunque todas las fuentes coinciden en confiar en que no romperá la disciplina. Si lo hiciera, provocaría un empate.
Según varios de los presentes, Lara y los demás dirigentes nacionales intervinieron ayer muchas veces, y volverán a hacerlo hoy, con una idea: respeto total a las bases extremeñas, pero esta es una decisión que afecta a toda IU, porque dejar paso al PP perjudicaría sus expectativas electorales y sería inexplicable en su base social. Lara fue muy vehemente. "IU es una organización federal, no confederal", llegó a decir para dejar claro que el resto de IU tiene mucho que opinar. Hoy se incorporará otro dirigente conocido como Willy Meyer para hablar y tratar de convencer a sus compañeros extremeños.
En líneas, generales, los representantes de los pueblos donde se ha sufrido el rodillo de la mayoría absoluta del PSOE apuestan por la abstención y en las ciudades, la mayoría ya gobernadas por el PP, están por la investidura de Fernández Vara.
Y mientras en el humilde primer piso frente al Puente Romano se vivía el particular drama de IU, tanto PSOE como PP trataban de influir. Casi lo lograron. A la cita de la cúpula de IU llegaron dos noticias impactantes. Fernández Vara primero, y José Antonio Monago, después, ofrecieron dos ruedas de prensa en Mérida, muy cerca de la reunión, para plantear lo mismo: que estaban dispuestos a aceptar los 12 puntos que IU había planteado el viernes como base para una negociación.
Tanto Vara como Monago hablaron con humildad y en tono de respeto total a IU para atraérsela. El todavía presidente socialista, que llevaba casi un mes sin hablar en público, prometió que IU sería influyente, que lucharía para recuperar el impuesto de patrimonio como pide la federación, que aceptaría rebajar del 5% al 3% el mínimo para tener representación parlamentaria, e incluso que dejaría en manos del Parlamento el futuro de una refinería a la que IU se opone.
Además, planteó todo tipo de medidas de regeneración: publicación de todos los patrimonios no solo de políticos sino también de dirigentes de empresas públicas, asumir el modelo de la ONU para luchar contra la corrupción, que haya diputados de la oposición en todas las mesas de contratación públicas, reducir el número de parlamentarios y que los debates entre candidatos sean obligatorios por ley. "Tenemos que acostumbrarnos a un nuevo tiempo de acuerdos todos los días, la gente está pidiendo otra forma de hacer política", dijo Vara.
Más sorpresa causó aún en IU que Monago aceptara todos los puntos, incluidos los de fiscalidad. El representante del PP incluso aceptó pedir al Gobierno central que recupere el impuesto de patrimonio o renunciar a su promesa electoral de quitar el impuesto de sucesiones. "Y ahora que hasta el PP se ha hecho de izquierdas, ¿qué hacemos?", ironizaba un dirigente de IU. "Hay una sintonía muy importante con el documento de IU. Y quien gobierna en minoría tiene que hacer cesiones. Podemos hablar de todo", dijo Monago.
Estas dos ruedas de prensa fueron analizadas dentro de la reunión de IU, y los partidarios de la abstención lo utilizaron para demostrar que la opción de dejar pasar al PP no es tan grave. Los dirigentes nacionales insistieron en que estos cantos de sirena en plena negociación no tienen validez. La decisión definitiva llegará hoy, pero hagan lo que hagan los dirigentes extremeños, antes tendrán que escuchar a sus líderes nacionales con una idea: esto puede hundir a IU. El mal trago de votar a un PSOE muy enemistado con ellos pasará, explican, pero si dejan que gobierne el PP y acaban con la única autonomía donde la izquierda puede gobernar tras el vuelco del 22-M, nadie lo olvidará nunca.
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