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El parqué madrileño ha cerrado la sesión con una fuerte caída del 2,68%, la mayor desde el pasado 11 de agosto (-3,21%), que ha situado al Ibex 35 por debajo de los 10.000 puntos (9.996,4), nivel que no perdía desde finales del mes de agosto.

Los mayores descensos fueron para la banca: Banco Sabadell (-4,22%), Bankinter (-4,19%), Banco Santander (-4,03%), BBVA (-3,87%) y Banco Popular (-3%).

El selectivo abrió en positivo y por encima de los 10.300 puntos, pero a lo largo de la sesión invirtió la tendencia, llegando a situar su nivel mínimo en 9.969,10 puntos. Entre los mayores recortes también se situaron Abertis (-3,49%) y Mapfre (-3,54%).

El mercado no considera suficiente que Irlanda haya aceptado la ayuda de la UE y el FMI, que podría situarse entre 80.000 y 90.000 millones de euros, y pide que, además de concretarse los detalles del rescate, se adopten planes adicionales, según los expertos

El mercado madrileño ha sido el más perjudicado por los descensos de la sesión, por encima incluso de Irlanda y Portugal, que perdieron un 1,4% y un 1,36%, respectivamente. El mercado parisino cayó un 1,07%, por delante de Londres (-0,91%) y Francfort (-0,31%).

En el mercado de divisas, el euro también ha cedido posiciones frente al dólar y al cierre de la sesión bursátil el cambio entre las dos monedas quedó fijado en 1,3615 unidades. Asimismo, la prima de riesgo de los bonos españoles frente a los alemanes se situó de nuevo por encima de los 200 puntos básicos.

MIEDO AL CONTAGIO

El experto de IG Markets Daniel Pingarrón asegura que en el mercado "planea la sensación" de que con el rescate de Irlanda no acaban los problemas y sigue pesando mucho la incertidumbre sobre lo que pasará con España y Portugal.

En esta misma línea, Soledad Pellón, subraya que el rescate de Irlanda no ha tenido el efecto deseado, porque los mercados ya lo descontaron la semana pasada y destaca que el hecho de que Irlanda haya accedido "sin mucho convencimiento" a esta ayuda "que le han intentado imponer" no ha logrado calmar los ánimos.

A su juicio, los inversores se muestran preocupados por el efecto contagio, ya que España es uno de los principales países tenedores de bonos lusos, por lo que si cae Portugal, afectaría mucho a nuestro país.

Asimismo, Natalia Aguirre, de Renta 4, señala que el mercado está demandando que se adopten medidas adicionales no sólo en Europa, sino también en España. En este sentido, subraya que si el Gobierno español adopta las reformas estructurales que el país necesita, entre las que destacan medidas fiscales y la reforma de las pensiones, se podrá lanzar al exterior un mensaje de credibilidad.

Aguirre subraya que, pese a que el sistema financiero español no tiene nada que ver con el irlandés, España necesita lanzar ese mensaje de credibilidad y fortaleza para que el mercado advierta realmente las diferencias y comience a discriminar en su castigo.

"Lo caída de hoy demuestra que los inversores tienen miedo y están descontando quién será el próximo eslabón de la cadena en caer", indica esta experta. Asimismo, recuerda que las previsiones de reducción de déficit en España están basadas en un modelo de crecimiento económico optimista, por lo que el mercado está reclamando planes de ajuste nuevos. "Es verdad que se están adoptando medidas, pero España necesita más", apostilla.

Susana Felpeto, de Atlas Capital, también subraya que la incertidumbre y el temor a que Portugal y España sean los próximos países que necesiten ayuda de la Unión Europea ha lastrado a los mercados de estos dos países, que han sufrido un mayor castigo que el resto de los indicadores europeos.

No obstante, los analistas consultados confían que una vez se vayan concretando los detalles del plan de rescate los mercados se tranquilicen. Durante los próximos días continuarán en Dublín las negociaciones entre la misión de la UE y del FMI y las autoridades irlandesas para ultimar el importe final de la ayuda.