El ministro del Interior, Jorge Fernández, ha confirmado este lunes, durante su visita a la casa cuartel de Vic, la "inminente" excarcelación del único etarra que sigue vivo implicado en el atentado del cuartel de la ciudad barcelonesa el 29 de mayo de 1991, Juan José Zubieta.
En declaraciones tras reunirse con víctimas de ese atentado, que causó 10 muertos -cinco de ellos niños-, ha dicho que ya tenía previsto iniciar en la casa cuartel de Vic su ronda de visitas a puestos de la Guardia Civil, pero que se vaya a producir esta excarcelación hace "necesaria" su presencia.
Ha admitido que su visita coincide con días "excepcionalmente duros" para las víctimas, que ven cómo terroristas salen a la calle en virtud del cumplimiento de la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo, y ha recordado que su gobierno consideran injusta la revocación de la Doctrina Parot, y que, si no hubieran recurrido, estas personas estarían en la calle hace año y medio.
Se ha reunido este lunes con víctimas de ese atentado, en un acto al que ha asistido el presidente de la Asociación Catalana de Víctimas del Terrorismo, José Vargas, y la directora general de Apoyo a Víctimas del Terrorismo, Sonia Ramos.
El ministro ha indicado que las víctimas le han transmitido el dolor y la indignación que sienten por la excarcelación de etarras, en virtud de la derogación de la Doctrina Parot -por la que esta semana puede quedar en libertad uno de los autores del atentado de Vic, Juan José Zubieta-, pero ha destacado que ello no debe hacer olvidar que ETA ha sido derrotada por el Estado de Derecho y que no va a volver.
Tras visitar las dependencias policiales y reunirse a puerta cerrada con las víctimas, ha guardado un minuto de silencio y ha presidido un homenaje a los muertos de la Guardia Civil.
En el acto han estado el director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa; la directora general de Apoyo a Víctimas del Terrorismo, Sonia Ramos; la delegada del Gobierno en Cataluña, Llanos de Luna; el presidente de la Asociación Catalana de Víctimas del Terrorismo, José Vargas, y víctimas del atentado de Vic -entre ellas el guardia civil Carlos Barragán, que aparecía en la famosa foto del atentado con una niña en brazos-, además de miembros de la Guardia Civil y la Policía Nacional.
Fernández Díaz ha remarcado en este sentido que cuando los etarras cogieron las armas "para socializar el terror" se propusieron unificar Navarra y el País Vasco y lograr la autodeterminación y que no sólo han fracasado en sus objetivos sino que ahora han sido "homologados" por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos con presos violadores reincidentes y criminales en serie. "Quien lo quiera entender, que lo entienda", ha apostillado.
Preguntado sobre si se vigilará a los violadores en serie no rehabilitados que salgan en libertad, el ministro ha confirmado que legalmente no se puede vigilar a estas personas, pero ha puntualizado: "Procuraremos estar atentos para garantizar la seguridad de la ciudadanía". "Entendemos la profunda alarma social", ha indicado el ministro, que ha reiterado que harán todo lo que esté en el marco de la ley para proteger a los ciudadanos.
VIC: UN SANGRIENTO ATENTADO
22 años después de que un coche bomba lo redujera a escombros, matara a una decena de personas e hiriera a más de 40, el minsitro del interior visitaba el cuartel de la Guardia Civil en Vic. Y lo hace en un momento muy difícil para las víctimas, tras la revocación de la doctrina Parot.
Las imágenes de aquel atentado siguen motivando la repulsa de los ciudadanos de bien. Un guardia civil del acuartelamiento de Vic, ensangrentado y con una niña herida en brazos, corre despavorido. A la izquierda, otro guardia corre protegiendo con sus brazos a su mujer que empuja un cochecito con un bebé. A la derecha, un hombre se dipone a coger un niño en brazos. Una niña asiste conmocionada a la escena.
Es la imágen más emblemática de la barbarie terrorista de ETA y fue captada a las siete y unos minutos de la tarde del 29 de mayo de 1991, poco después de que un coche bomba estallara en el interior de la casa cuartel, donde residían 14 agentes con sus mujeres y 22 niños. La explosión mató diez personas, cinco niños, e hirió a cuarenta y cuatro.
El atentado fue de una excepcional crueldad. El comando Barcelona dirigió el coche al interior del cuartel, en cuyo patio jugaban los niños. Aprovecharon una rampa y que el portón estaba abierto.
Los tres etarras que participaron vieron perfectamente a los niños pero activaron el explosivo, 12 bombonas con 18 kilos de amonal cada una, cuando el coche sin control estaba entre ellos.
Al día siguiente del atentado, los tres terroristas, Juan Félix Erezuma, Juan Carlos Monteagudo y Juan José Zubieta, fueron localizados en una masía de Llisa de Munt, a 42 kilometros de Vic. Se produjo un tiroteo. Erezuma y Monteagudo murieron y un agente resultó herido. Zubieta fue detenido.
Condenado a 1.311 años por el atentado de Vic y a otros 22 por su participación en el secuestro del industrial Adolfo Villoslada, la aplicación de la doctrina Parot alargó su estancia en la cárcel hasta 2021. Sin embargo, la sentencia de Estrasburgo permitirá que salga de la cárcel en los próximos días.