Irene Montero: "Si como Estado tenemos que pedir perdón, lo haré explicando la verdad"
La ministra de Igualdad ha admitido la posibilidad de tener que pedir perdón a las víctimas y ha apuntado la necesidad de explicar la verdad sobre la Ley del 'solo si es sí' y las rebajas de penas por agresiones sexuales
Sobre las negociaciones con el PSOE para la reforma de la ley, ha asegurado que están interrumpidas y que no ha mantenido ninguna conversación con la ministra de Justicia desde el pasado martes
La ministra de Igualdad, Irene Montero, ha admitido la posibilidad de tener que pedir perdón a las víctimas, pero ha apuntado también la necesidad de explicar la verdad sobre la Ley del 'solo si es sí' y las rebajas de penas por agresiones sexuales.
"Si como Estado tenemos que pedir perdón a las víctimas que lo consideren, por supuesto lo haré, pero también explicando la verdad, que las decisiones de esas rebajas de penas son de una minoría de jueces que no están aplicando bien la ley y el derecho transitorio", ha asegurado la ministra en una entrevista en la Cadena Ser recogida por Europa Press.
Ha insistido, no obstante, en que ésta "es una buena ley que protege a las víctimas que denuncian y las que no denuncian. Esta es una ley que da obligaciones al Estado frente a todas las mujeres que sufren violencia sexuales".
Sobre las negociaciones con el PSOE para la reforma de la ley, ha asegurado que están interrumpidas y que no ha mantenido ninguna conversación con la ministra de Justicia Pilar Llop desde el pasado martes.
"Yo deseo poder negociar cuanto antes porque deseo dar una respuesta unitaria a las víctimas. Yo no me he levantado de la mesa con tal de volver al modelo del consentimiento", ha explicado Montero en una entrevista en la Cadena Ser recogida por Europa Press al ser preguntada por el estado de las negociaciones entre las dos partes del gobierno de coalición.
Respecto a su relación con la ministra de Justicia ha explicado que llevaban "meses hablando e intercambiando propuestas por escrito, porque era fundamental dar una respuesta unitaria como gobierno" y ha recordado que "línea roja estaba en no volver al Código Penal de La Manada".
Sin embargo, desde el martes, cuando la titular de Justicia declaró en una entrevista que "con una herida ya se puede probar que ha habido violencia" en una agresión sexual, ambas ministras no han vuelto a mantener ningún contacto, según Irene Montero.
La titular de Igualdad ha insistido en la existencia de una "discrepancia política" que, según ha asegurado, con el anterior ministro de Justicia, Juan Carlos Campo "no estaba" y ha asegurado que se hizo "un trabajo muy exhaustivo de revisión de cientos de casos" antes de la aprobación de la ley. Por eso, ha admitido la reducción de penas "no es que sea un efecto indeseado es que nadie se esperaba que esto fuera a ocurrir".
Desautorizada
Respecto a si se siente desautorizada por la parte socialista del Gobierno, ha recordado las discrepancias con otras leyes como la Ley Trans o el aborto que, según ha asegurado, forman parte de la "normalidad de esta legislatura" y ante las que se "ha encontrado una salida". Por ello, ha apelado a la necesidad de "ser capaces de resolverlas (las discrepancias)" también en este caso.
"Yo he hecho hasta seis propuestas para reformar el Código Penal y creo que hay margen para el acuerdo por eso no he entendido por qué han presentado esa proposición en solitario", lamenta la ministra de Igualdad, que reconoce que no se esperaba que el PSOE registrara "una propuesta que suponía volver al Código Penal anterior".
Ha recordado, además, que "ninguna reforma penal va a evitar la rebaja de penas" y cree que por eso había margen para el acuerdo. "Desearía que tengamos un acuerdo antes de que esa iniciativa inicie su trámite parlamentario con los votos de PP y Vox", ha añadido.
En cuanto a las manifestaciones de Pilar Llop de que desde el Ministerio de Igualdad se está confundiendo a la opinión pública, Montero ha respondido: "La idea del calvario probatorio no es mía". Y ha asegurado que las "feministas no han peleado un cambio de nombre (respecto a los delitos), sino porque no sea más creíble el testimonio de la víctima si tiene una herida más grande".
Para Montero esa discrepancia con su socio de gobierno es "muy dolorosa" porque supone "volver atrás", a "la idea del calvario probatorio en el que la credibilidad de la víctima se basaba en si había habido violencia": "Creía que estaba superado", se ha lamentado.
A pesar de estas diferencias, la ministra de Igualdad sigue teniendo esperanza: "Hay muchas opciones para hacer una reforma que nos puede permitir llegar a un acuerdo".
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